Juli estiró sus piernas y se recostó sobre mi vientre, yo acariciando su espalda dije —Que delicioso te viniste Juli, temblabas toda de placer Al acostarse sobre mi Juli Luis se salió de ella y quedó de pie junto a la cama mirándonos sin hablar con la enorme erección de su m*****o palpitando ansioso de una v****a para disfrutar, yo lo miré a los ojos y le dije con voz ardiente, casi suplicante —Haz que me venga así Luis El se sonrió al notar que yo comenzaba a ser más activa en el juego y en ese momento Juli se levantó y me giró boca abajo, se sentó frente a mí cabeza colocando mi cara sobre uno de sus muslos, yo lo besé y acaricié, apreciando por vez primera lo bello, lo suave y terso de la piel femenina y entendí el por qué los hombres se enloquecen al tocar a una mujer y no desisten