Después del bañarse y arreglarse, Karen se puso unas pequeñas bragas, una minifalda de mezclilla a medio muslo y sin usar brasier completó su atuendo con una blusa roja a cuadros y unos zapatos tenis, se miró en el espejo y bajó a buscar a Santiago quien, al verla levantó la ceja en señal de admiración y comentó — ¡A esa de rojo, me la cojo! — Y preguntó— ¿Y si mejor nos pasamos el día en la cama? Karen se rio diciendo “¡Vámonos!” y subieron al auto para pasar al centro comercial, en el trayecto Santiago, quien no dejaba de acariciarla en los muslos preguntó — ¿A dónde quieres ir de vacaciones? — Karen bajó la mirada a sus piernas y respondió — ¿No lo adivinas?... Mi pálida piel necesita sol — Y él respondió — Y mi boca tus excitantes “líneas de bronceado” — ¿Te encantan verdad? — Pr