Fue una descarga de placer, algo inexplicable que recorrió mi columna desde el coxis hasta la nuca, algo delicioso que hizo que mi cuerpo brincara sin control … Todo dentro y fuera de mi se contraía, mi útero, mi v****a, mi ano, mis nalgas, mi vientre, mis piernas. Y es que mis orgasmos se presentaron uno detrás de otro y terminé sudando, medio muerta de placer…. Después, cuando pensaba que no podía haber más placer, Ricardo se endureció aún más, me lo metió hasta el fondo, hasta hacerme sentir su pubis pegado al mío y ahí, en lo más profundo de mi carne comenzó a contraerse con fuerza una y varias veces más, te juro que sentí el calor de sus descargas llenando mi v****a — Hizo un silencio y después sonriendo como si dudara en hablar agregó — Y fue lo máximo, no tienes idea de lo mucho que