Karen y yo nos conocimos en la escuela primaria y desde entonces hemos sido grandes amigas. Por muchos años (infancia, adolescencia y juventud) nos veíamos prácticamente todos los días. Más como suele pasar, el destino (léase mi matrimonio con Sergio), me obligó a cambiar de residencia a otra ciudad lo que llevó nuestra amistad al contacto telefónico en todas sus modalidades (Llamadas, mensajes, r************* etc). La última vez que la ví fue el día de su boda con Ricardo tres años atrás…. Un día por medio de un mensaje me comunicó que vendría a pasar unos días a la playa, aquí, en la ciudad donde yo radico. A diferencia de lo que se cree, las personas que vivimos en este tipo de ciudades turísticas no llevamos una vida de eternas vacaciones, sino que tenemos trabajo y obligaciones como