La noche estaba toda oscura y silenciosa. Chandler podía sentir claramente la pasión de Jason, pero le resultó difícil despertar el deseo de su propio cuerpo. No parecía tener la química que un hombre y una mujer deberían tener cuando estaban profundamente enamorados. Para no dejar que Jason sospechara, estiró los brazos y lo sostuvo del cuello. Su movimiento lo excitó aún más, pero ella no podía engañarse a sí misma, ni podía mentirle a su cuerpo rígido. Cuando la temperatura se calentó, Jason finalmente detuvo todas sus acciones. Chandler abrió los ojos y lo miró confundido. Frunció el ceño y dijo: "Todavía no estás listo para aceptarme por completo". "Yo..." Chandler quería explicar. Sin embargo, Jason ya se había ido. Al ver que estaba a punto de irse enoja