Pete procedió a darse una ducha y yo a envolverme en las sábanas. En verdad estaba cansada y me sentía un tanto incómoda. Estar sin Jude aquí sola me causaba cierta ansiedad. Observé el techo de la habitación cuando escuche un trueno y luego la iluminación de un rayo. La lluvia comenzó a caer con fuerza causando que la temperatura bajara.
—Vaya— Murmuré mientras me acomodaba en la cama. Escuché que el sonido de la puerta del baño se abrió y Pete salió de ahí.
—¿No te has dormido?— preguntó tomando asiento en su cama.
—No.— Respondí. Nos quedamos en silencio unos momentos. —Pete, ¿puedo preguntarte algo?
—Pues ya lo estás haciendo.— Lo iré con el ceño fruncido.
—Bien, lo tomaré como un sí. ¿Por qué me estás ayudando?— pregunté. Dejó de secar su cabello y me miró con seriedad. —Escucha
