Tal como lo hacía su acción nuestros pasos nos condujeron a uno de los cubículos del lugar. Nunca había tenido un encuentro íntimo de este tipo, uno en el que el escenario fuese un singular sanitario con alguien que alude ser gay. De la misma manera que sucedió la ocasión anterior, apagaba mis pensamientos para entregarme en esto que vivía a su lado, sin embargo, sus palabras me permitían recobrar la conciencia, esa que parecía estar ausente en ese instante. —¿Que me pasa? no estoy ebrio completamente y actuó de esta manera… ¿qué has hecho en mi?— luego de esa pregunta un silencio que al parecer exacerbaba mi deseo por el conllevo a que me fuese a sus labios, sujetándolo con ese ímpetu que provenía de mi para posteriormente tener el control de la situación, la cual inexplicablemente