Betty apretó los ojos debido a los haces de luz que os golpean, se atreve a parpadear, pero todo se ve borroso, una bruma de confusión se establece en su mente, no tiene idea de donde se encuentra, lo que si puede decir es que está fuera del bosque, porque en lugar de sentir la fría superficie del suelo lleno de nieve, su espalda se recuesta sobre una mullida superficie, una muy cómoda de hecho.
Trata de ponerse de costado, buscando la posición usual que toma al dormir, pero al apoyarse sobre su brazo siente una horrible puntada de dolor, con un angustioso jadeo regresa a su posición original, nuevamente inicia un parpadeo, un poco violento, porque siente la necesidad de deshacerse de la pesadez que controla su cuerpo.
Cuando finalmente logra tener sus parpados abiertos, es cuando puede reparar en que se encuentra en una habitación de hospital, al parecer su cerebro necesitaba observar el lugar para registrar todo lo demás, porque ahora puede escuchar el murmullo común que encuentras en un establecimiento médico, además sus fosas nasales captan el olor a desinfectante y alcohol, una loca parte de ella siempre se sintió agradada por ese aroma.
Recorre la estancia con la mirada, las persianas que cubren la ventana son de las gruesas y verticales, que caen al suelo, están un poco corridas y por esa razón un rayo del sol acaricia su rostro, calentando el lugar en el que está posado y molestando a sus ojos.
Voltea su cabeza para evitarlo, y percibe a Callaghan, se encontraba entre acostado y sentado, en uno de esos muebles recargables, típicos en esas habitaciones de hospital, dormido aun, roncando como un oso, Betty sonríe, si la luz no lograba despertarla su hermano lo habría hecho, un callado júbilo se establece en su pecho, su hermano está vivo y coleando, a salvo a su lado, y ella está viva.
Sonríe grandemente, pero tiene que detener, porque el solo gesto le provoca un terrible dolor en la garganta, con la mano unida al brazo sano, se toca la zona irritada, solo para toparse con un collarín alrededor de su cuello.
Es cuando los recuerdos del día se estrechan en su cabeza, su loco plan de capturar al asesino de sus Padres, su tío Cesar y ella secuestrando al tipo, no tan buena idea eso, su tío dejándola luego de que llegara Cole… Cole… Esperaba que también estuviera vivo, no quería ser responsable de la muerte de su amigo, porque luego de que su tío se fue, todo paso de mal a peor, ella enterándose de que el asesino de sus progenitores, eran nada más que “El Basurero”, luego le toco correr por su vida y hasta luchar con ese lunático, el trato de acabar con la vida de la joven, apretando su cuello, cuando si tío llego justo a tiempo, ella se desmayó, y eso fue lo último que recordaba.
Trato de poner a su cerebro a trabajar con mayor ahínco, buscando que sucedió luego de desmayarse, estaba en un hospital, así que de seguro lograron sacar la bala que tenía en el brazo, cierto el tipo le disparo, justo antes de ahorcarla, moviendo solo sus cuencas oculares busco el lugar herido, estaba vendado con gasa blanca, así que acertó en algo, le habían tratado sus heridas.
Levanto sus manos, tenía uno de esos aparatos que se veían en las películas, los que te ponían en el dedo anular para poder medir tus latidos y pulsaciones, de allí venía el pitido constante, tenía algunos rasguños en las manos y antebrazos, quizás se los gano en medio del altercado, de esa experiencia cercana con la muerte le quedarían varias cicatrices, físicas y emocionales, suspiro con pesados, estaba viva era lo que importaba.
—¿Betty?— llama Callaghan, está poniéndose de pie, y la observa con una dolida expresión, ella va a responder, pero él niega con la cabeza.— no hables, los doctores dijeron que no podrías hacerlo por algunos días.— camina hacia la chica, cuando está a su lado la admira aliviado, acaricia su cabeza y hace una mueca con la boca, que de seguro tenía la intención de ser una sonrisa.— no sabes el susto que me diste, fuiste muy estúpida Betty, ir a por un criminal tu sola, pero no te voy a dar la lata ahora mismo, estoy muy feliz de volver a ver tus ojos.— él besa la frente de su hermana, ella disfruta su tierna caricia, cuando Callaghan se aleja nuevamente, Bethany capta lágrimas derramadas por las mejillas de su hermano.— pensé que te perdería también, no puedo perderte.— su hermano se arroja a abrazarla, y luego un terrible solloza abandona su pecho, ella lo consuela con el brazo sano, dándole palmadas en la espalda, queriendo decirle que todo estará bien. — nunca me hagas esto de nuevo.
Betty asiente, estando de acuerdo con su hermano, nunca más, no por el peligro que ella corrió, sino por todas las personas que ella había puesto en peligro, de no haber actuado con rapidez, o de no haber escapado a tiempo, todas las personas que amaba estarían en una bolsa, con el terror pintado en su mirada sin vida.
Ella aparta a su hermano para hacerle una seña, quiere escribir, para poder preguntar por lo sucedido luego de que se desmayara en el bosque, el comprendido la seña y le brindo un cuaderno de notas, más un lapicero.
“¿Cole? ¿Se encuentra bien?” – escribió con rapidez.
—Sí, salió mejor parado que tú, solo tenía un golpe en la cabeza, y una ligera contusión.— explico Callaghan.— sus Padres lo sermonearon como no tienes ideas, incluso le prohibieron verte nunca más, pero ayer se paseó por aquí, diciendo que no les prestaría atención.
“¿Ayer?” garabateó confusa, ¿Cuánto tiempo tenía durmiendo?
—Lo del bosque fue hace dos días, esa noche te metieron al quirófano, y pasaste durmiendo todo el día de ayer, los médicos comenzaban a preocuparse, pero quizás fue parte de la contusión, también obtuviste una, porque te golpearon la cabeza contra el suelo cuando te estaban ahorcando.
Ella se sorprendió muchísimo, no recordaba ese hecho, solo recordaba el horrible dolor que experimentaba todo su cuerpo buscando el vital aire, acompañado del desespero de quitarse al demente de encima, por eso decían que ahorcar a una persona se volvía muy personal, sí que lo era, que horrible forma de morir, gracias a los cielos, ella seguía en este mundo, viviendo.
“¿Y el tío Cesar?”
—Está bien, apenas si obtuvo algunos rasguños, nada más allá. — se encogió de hombros. — justo ahora se encuentra en la comisaria, todo el personal policiaco está vuelto loco, tratando de cerrar el caso del basurero, ha salido por las noticias, y por supuesto que omitirán los movimientos ilegales que te tomaste junto a Cole, cosa que no apruebo para nada por cierto.— con uno de sus dedos, la señalo con severidad.
“No quería lastimar a nadie, pero sentía la necesidad de atrapar al responsable de la muerte de nuestros Padres”. — explico en su cuaderno.
—Ya lo sé, pero fue muy irresponsable de tu parte, y también por parte de Cesar, no vayas a perder la cabeza, pero le he prohibido venir a verte, incluso después de que salgas del hospital.
Betty abrió los ojos llena de sorpresa, negó con la cabeza, o al menos eso pensó que hacía, porque con el collarín no tenía mucho espacio al cual moverse.
“No fue su culpa, no es justo que no lo dejes visitarme, además necesito verle”. — escribió con rapidez, hizo dos líneas en la palabra “necesito”, para resaltar su punto.
—Hablaremos de esto luego, por ahora tienes que descansar y recuperarte, ¿de acuerdo? — Betty asintió de mala gana, Callaghan estaba a punto de regresar a su asiento, pero ella lo detuvo.
“¿Qué sucedió con Elio?”
—¿Elio? — pregunto el confundido.
“El basurero”— corrigió.
—Lo llevaron a prisión, está detenido, pero aún no lo enjuician, necesitan tu declaración, además están recogiendo las evidencias, será un largo proceso al parecer. — el bostezo, debía estar agotado, ella lo conocía, por lo que podía apostar que se había quedado a su lado durante los dos días, sin moverse a ningún lugar, además sus ojeras sugerían la falta de reposo.
“Deberías ir a casa y descansar”.
—Ni loco, van a pasar algunos meses antes de que te pierda de vista, estás loca si crees que confiare en ti con tanta rapidez, por si no sabes, estás castigada por tres meses.
Betty torció los ojos, pero se rio, no podía estar molesta con él, después de todo se había metido en un enorme lío, tenía toda la razón para castigarla y hasta encerrarla en una torre si quería, aunque ella descubriría la forma de salir de allí, nunca más estaría atrapada, porque mientras Elio se divertía con su cuello, esa fue la horrible sensación que tenía, la habían atrapado, privándola de su libertad, sin merecerlo, y sinceramente no quería volver a pasar por eso.
***
Un par de días luego Betty estaba recibiendo el alta, Cole se encontraba allí, porque entre ambos convencieron a Callaghan de ir a casa, se fue con la excusa de preparar todo para su regreso, pero ella sabía que su hermano extrañaba su cama y la ducha de su hogar.
El doctor frente a ella, que por cierto era extremadamente guapo, le explicaba algunas precauciones que debía tomar con su cuello, como que debía llevar el collarín al menos por un mes más, evitar los movimientos bruscos y tomar las medicinas que le recetarían, esperaba que Cole estuviera prestando atención, porque sinceramente ella solo no estaba pensando muy bien, eclipsada por el atractivo del hombre.
La única respuesta que abandonaba sus labios era “Si” y “Ajam”, ya podía hablar, pero su voz era ronca, además que le dolía la garganta cada vez que decía una frase completa, así que trataba de no utilizar demasiado sus cuerdas vocales, aunque se sentía presionada porque la policía estaba esperando por su declaración.
El día anterior su tío vino a verla, se abrazaron fuertemente y hasta lloraron, contentos de haber cumplido con su misión, por supuesto que hubo baches en el camino, pero no le importaba, al final del día solo ella había salido gravemente herida, bueno si no se contaba a Elio, y por supuesto que no era necesaria hacerlo.
Cesar le explico que necesitarían su declaración para proceder con el caso, también que habían encontrado suficientes pruebas como para culpar al criminal, con al menos cincuenta cargos diferentes, no saldría pronto de prisión, era imposible que recibiera una sentencia de inocente.
Y ahora Betty era una especie de heroína en toda la ciudad, mucha gente estaba dejándole regalos en la puerta de su habitación de hospital, incluso le darían una medalla, a los tres, la historia que estaban dando para justificar su milagrosa hazaña, fue la casualidad.
Según la declaración oficial, Betty y su amigo Cole se encontraban de camping cerca de los alrededores del cerro Midorah, entonces el malvado asesino los diviso, con la excusa de darles agua o comida los invito a su casa, los jóvenes aceptaron porque Betty siendo una mujer delicada necesitaba un baño, si claro, como si no sabría aguantar… Luego de eso el tipo los drogo y los ato, los separo el uno del otro, porque le dio tiempo a Betty de idear un plan, logro deshacerse de sus ataduras y llamo a su tío Cesar, m*****o del departamento de policías.
En ese momento su tío y su compañero fueron a rescatarlos, ella se las arreglo para escaparse, para buscar ayuda, pero para su pesar, el basurero noto su ausencia, y decidió ir a por ella, por lo que una persecución se desató en el bosque, lo que llevo a los disparos y la final pelea cercana que tuvieron ambos individuos, finalmente su tío llego a tiempo para salvar a Betty.
Todos sabemos que eran viles mentiras, peor el gobierno no iba a sacar un comunicado real, donde Betty y Cole entraron en un edificio gubernamental y hackearon las cámaras de la ciudad, querían como unos incompetentes, y ya la población no estaba muy contenta con ellos, debido al tiempo que les tomo encontrar a ese delincuente.
Unos minutos después de que el doctor terminara sus instrucciones, Callaghan llego a por ella, y se fueron a casa, donde tuvieron una tranquila, pero muy feliz cena junto a Cole, Betty sintió como un parte de su vida acababa, creaba un ciclo para abrir otro.
Pronto tendría que recibir el premio mencionado antes, luego ir a la graduación y finalmente ir al baile de graduación, al cual obviamente iría con Cole, además pronto tendría que llevar aplicaciones para la universidad y ya tenía algunas en mente, su vida no era perfecta, pero se sintió aliviada, una enorme carga se levantó de sus hombros, solo esperaba ver que otras curvas le arrojaba el destino.