19 MELANCOLÍA
Caminé desanimada hasta un parque que quedaba a unas cuantas casas de la de Derek, me senté en una banca y miré hacia el cielo ligeramente nublado. Nublado, como mis
pensamientos.
Ver a la familia del supermercado me había llenado de una extraña melancolía. Por mi madre. Por mi padre. Y por mí.
Por la pequeña familia que nunca pudimos ser realmente.
La ausencia y el recuerdo de ella que siempre estaban presentes cuando estaba con mi padre, como ese gran elefante rosa en medio del salón que él siempre intentaba ignorar, a pesar de que su mirada empañada de tristeza siempre lo delatase.
No me malinterpreten, me encantaba pasar tiempo con él. Amaba cada uno de esos momentos robados cuando él no tenía que ir a ninguna de sus misiones y permanecía conmigo en
