El día de Avery había transcurrido sin muchos contratiempos, pero era obvio que el ambiente del pabellón se sentía diferente, todas estaban asustadas y se notaba en el silencio del pasillo, puesto que ahí no había ningún alma. Por la tarde, atendieron a Avery de la misma forma que en la mañana, con cierta elegancia, distinción y cortesía, pero no cuando cayó la noche, así que Avery dedujo que tal vez no habría cena debido al evento, el primer juego.
Estaba nerviosa, ansiosa y por supuesto, asustada. Sabía bien lo que tenía que hacer, exhibir su cuerpo, pero en esta ocasión no sería tan sencillo.
Ahora todo el mundo, es decir, las demás chicas, sabían que ese mundo se movía de esa forma, así que sería la primera vez que tendría que competir contra las demás, siendo consciente de ello, per
