Sharif
Nos dirigimos al restaurante para hablar con más calma, ahora que Sanem no estaba en el lugar no tenía motivo alguno para que fuese a la habitación. Nos sentamos en una mesa apartada para mayor privacidad y pedimos algunas bebidas, ella se veía más tranquila, pero sin dejar el aire rebelde y altanero, por poco termino sonriendo de tanto que la veía; así que desvié mi vista a una fuente que estaba cerca para no delatarme.
—Ahora que he hecho mi parte seré clara —comienza cual CEO de una compañía multimillonaria. —Quiero la entrevista contigo y con tu abuelo, fotografías exclusivas que serán tomadas por mi compañero, el viaje a Marruecos ida y vuelta para dos personas donde conoceremos las empresas y tú costearás los viáticos en su totalidad.
—Está bien, pero yo escogeré el lugar donde se hospedarán, tengo un contacto que trabaja en hotelería y sé que estarán bien en ese lugar, contarán con todo lo necesario y el transporte para que se desplacen correrá por mi cuenta.
—¿No será un hotel corriente con ratas y cucarachas? —pregunta con mirada inquisitiva.
—Te enviaré la información previo a hacer la reserva para que ustedes lo vean y me den el visto bueno.
—¿De verdad harás todo eso? —comenta bastante extrañada.
—Después de lo que hiciste por mí, te pondré en una suite —afirmé con total convicción.
—No me quejo. ¿Sabes? tu prometida no me dio la mejor impresión, pero ¿tan mala es tu situación?
—Es una pesadilla, la muy fastidiosa es hija de un socio de mi padre y ellos quieren unir sus empresas haciendo que nosotros nos casemos, lo que obviamente no haré, pero ella no entiende eso y prefiere seguir encaprichada conmigo.
—Lo peor de todo es que esa voz tan chillona no le ayuda en nada, hasta me sorprende que hable dos idiomas con lo plástica que se ve, porque no me vas a decir que ese par de flotadores son de nacimiento.
Estuve a punto de reírme a carcajadas al escucharla decir eso, pero mordí mi lengua para evitarlo puesto que es verdad lo que dice, Sanem es bastante delgada, cabello azabache, operada de pies a cabeza y con una cabeza hueca, pues hasta ahora no le he escuchado decir nada interesante en los años que llevo de conocerla.
—Lo del idioma es porque le gusta viajar a España para ir de compras con sus hermanas, imagino que de tanto hacerlo habrá aprendido. Sin embargo, tengo una duda que lleva taladrándome la cabeza desde hace un rato.
—¿Cuál?
—¿Cómo supiste que era un matrimonio arreglado si no te dije nada?
—Soy periodista con un amplio recorrido investigativo y no eres el único marroquí que conozco, es bastante común que las familias en tu país hagan acuerdos como esos.
—Entiendo, igual gracias por ayudarme De Almeida.
—De nada, me alegra saber que al menos puedes dar las gracias.
Nos quedamos hablando alrededor de una hora donde ella hizo la entrevista, cambió su actitud por completo en cuanto empezamos tomando un aire muy profesional, parecía otra a la que había conocido en días previos y con el atuendo que tenía se veía mucho mejor.
Finalizada la entrevista la invité a cenar y después la acompañé a que tomara un taxi, regresé a mi habitación para darme una ducha, salí para revisar los mensajes en mi móvil encontrando algunas llamadas de mi abuelo y otras de Abiud, pero no tenía cabeza para nadie en este momento.
Me acosté en la cama recordando el beso que le di, esos labios delgados, su cabello castaño claro, ojos azules que cargan una mirada intensa y el perfume a azahar que sigue desconcertándome. Es un aroma que siempre me ha gustado pues me trae buenos recuerdos de mi niñez, pero al sentirlo en ella en el primer encuentro, fue como si todos mis problemas se desvanecieran por unos segundos, hasta que ese hombre salió gritando y recordé cómo tropecé con ella retornando mi ira, pero lo de hoy fue diferente, tenerla tan cerca, o más bien, detallarla realmente como no hice en los otros encuentros, además de verla vestida tan sencilla y a la vez elegante, movió muchas cosas en mí...
Creo que necesito con urgencia estar con una mujer para quitarme estas ideas tan estúpidas de mi cabeza.
(...)
Lucero
Llegué a casa, me desvestí rápidamente y tomé un baño con agua tibia para relajarme después de todo lo ocurrido en el hotel. Jamás se me pasó por la mente que el idiota terminaría siendo el hombre al que iba a entrevistar y mucho menos que terminaríamos en esa situación en el lobby.
Estaba bastante decidida en salir del hotel para regresar a casa y lo habría conseguido de no ser porque vi a ese sujeto afuera tomando un taxi, quedé paralizada al tener la increíble avalancha de recuerdos tan dolorosos, que inclusive, creí que lloraría en ese lugar o que él alcanzaría a verme, pero en cuanto escuché a Sharif gritar me giré en automático sintiendo un poco de esperanza para escapar del horrible instante que estaba viviendo.
Todavía me pregunto por qué me dejé llevar por ese beso, no puedo decir que haya sido malo porque al menos debo reconocer que el idiota sabe mover bien sus labios, pero que yo reaccionara tan atrevidamente es lo que no me cabe en la cabeza. Me encontraba tan bien en sus brazos que de alguna manera sentía que era un refugio al estar ahogada en ese dolor nuevamente. Solo espero no volver a ver a ese sujeto.
Vestí una camiseta y un short fresco para empezar a redactar toda la entrevista que le hice a Sharif, la verdad no creo que cumpla su palabra de llevarnos a Ali y a mí a Marruecos para entrevistar a su abuelo, pero al menos había conseguido mi cometido con el trabajo de hoy, además de una cena gratis. Terminé bastante tarde por la redacción y edición, me quedé investigando un poco más las empresas de su familia para complementar la información y subí todo a la plataforma, no sé en qué momento me quedé dormida, pero sí desperté bastante tarde con un terrible dolor en el cuerpo.
Me vestí para salir a correr y despejar un poco mi mente, seguía abrumada por haber visto a aquel hombre y por el beso que me dio Sharif. Al cabo de una hora regreso a casa, me doy una ducha y preparo algo rápido de comer ya que Ali estará todo el día por fuera en un casting y una sesión de fotos. Regreso a mi habitación para revisar mi móvil encontrándome con algunas llamadas perdidas y mensajes de un número desconocido, pero una cara de sorpresa es la que aparece en mi rostro al escuchar el mensaje de voz.
—No sé dónde estás, llevo marcando varias veces y no contestas, te enviaré los datos del hotel donde se hospedarán, solo necesito que me confirmen fechas para coordinar con mi abuelo y programar el viaje, revisa la información, espero tu respuesta.
Incluso su voz por llamada se escuchaba imponente, ayer que estuvimos en un ambiente más tranquilo y pudimos tener una charla amena, pude detallarlo mejor y realmente es muy atractivo. Sharif es alto, cabello y ojos azabache, tez bronceada, mirada penetrante y un cuerpo bien trabajado, el sueño imposible de cualquier mujer.
—¿Qué tonterías estás pensando Lucero? Aterriza de una vez —me regaño en voz baja.
Abro mi correo para revisar la información que él envió percatándome que no era mentira lo que decía y lo que me ha dejado con la boca abierta es el hotel, solo con leer el nombre siento que debo dos vidas por pasar una noche en el lugar. Investigué un poco más quedando maravillada con las fotos, el Sofitel Rabat Jardin Des Roses es muy lujoso, creí que sería un sitio más sencillo, pero esto no tenía nada de sencillo y menos con el costo de cada habitación, hasta tenían un precio especial para los socios.
—Sé que quieres irte de vacaciones, pero primero hay que trabajar —me sobresalto en la silla dando un grito al escuchar a Ali detrás de mí.
—¿¡Acaso no tocas!?
—Sí, pero me dio curiosidad saber lo que veías. ¿Qué te traes entre manos? —pregunta con su cara de detective.
Le relato todo lo ocurrido ayer con Sharif y le enseño el correo con la información del lugar, Alison no hace más que guardar silencio y escuchar con atención, lo que es demasiado extraño en él quien siempre tiene algo para decir.
—¿Y bien? ¿Te quedarás con esa cara de tonto todo el día o dirás algo?
—Mi Luz, creo que deberías hacer este viaje lo antes posible, si en verdad viste a ese desgraciado aquí lo mejor será que desaparezcas un tiempo, habla con Sharif y dile que tomará algunos días hacer la entrevista para darles mejor publicidad.
Su semblante es muy serio, se nota que en verdad está preocupado por la situación y no es para menos.
—Estás loco Alison, no puedo hacer eso y lo sabes bien —él coloca sus manos en mi rostro bastante preocupado.
—Mi amor, es mejor estar en Marruecos a quedarte en Tarifa pensando que en cualquier momento te puedes encontrar nuevamente a ese infeliz, vete de aquí Luz, yo me tardaré un par de días, pero tú puedes usarlos de excusa para decir que no te puedes ir sin las fotos, en fin, no sé, invéntate lo que sea, pero no te quedes aquí.
—No tenemos dinero para pagar un hotel de este precio.
—Eso es lo de menos cariño, así nos tengamos que quedar en un hotelucho lo hacemos, pero por nada del mundo te puedes quedar ahora en Tarifa, porque tú y yo sabemos de lo que es capaz ese hombre si te encuentra.
Sé que el riesgo es alto, pero no quiero que tengamos más problemas económicos, en especial ahora que recién estamos comenzando esta vida.
—Mi Luz, te lo suplico, habla con Sharif o si quieres habla con su amigo Abiud, sé que algo puedes hacer para convencerlos, pero no me hagas pasar una angustia al saber que estarás sola en las calles.
Su preocupación se refleja a más no poder y sé que lo que dice es verdad, no quiero verlo triste ni mucho menos pasar de nuevo por algo tan horrible.
—Está bien, déjame ver qué puedo hacer y te contaré —él suelta el aire que tenía retenido y me abraza muy fuerte dándome consuelo.
—Gracias, en cuanto te vayas me quedaré mucho más tranquilo, por ahora te pido que no salgas de casa Luz, al menos hasta el día del viaje —asentí con mi cabeza quedándonos abrazados.
No sé qué sería de mí sin Alison, él ha sido lo mejor en mi vida, solo espero convencer a los Qattan para quedarme el tiempo suficiente en Marruecos hasta que Alison y yo podamos recoger más dinero con unos trabajos pendientes e irnos de Tarifa.