Capítulo VI

Revise el reloj en mi muñeca, el cual marcaba las cinco y quince minutos de la tarde. La ropa hoy le sentaba excelente con unos jeans y chemise azul marino combinado con unas botas marrones que le daban un estilo sureño.
Quise llamarte, pero recordé que no tenía tu número. ¿Estás bien?-.
Mi corazón se entristeció un poco, el preocupado por mí y yo pasándola bien con otro. No es que era mi novio, pero eso no evitaba que de algún modo fuese culpable.
Yo no tenía el tuyo tampoco, no te pude avisar que se me complico el día. De verdad lo lamento- mentí- Pasa, prepare algo para ti.
Una vez en la cocina, me ayudo con lo que sería la cena. El tiempo paso tan rápido y me divertí tanto con el que olvide todo a mi alrededor. Benjamín era esa clase de hombre encantador que sabe
