Capitulo XVII  Después de que el avión de Aida despego tenía muchas ganas de volver a casa, mi paciencia había aguantado demasiado en esta situación con Melisa y Nadir, pero mis planes se frustraron cuando el viejo Vahar nos invito a cenar en su casa, quería negarme más quedaría como un irrespetuosa por todo lo que ha hecho por mí. Por lo menos mis amigos estarían a mi lado, nos subimos a nuestros respectivos autos y manejamos hasta la mansión Harem. Estaba sorprendida por el tamaño del terreno donde construyeron la mansión más parecida a un palacio, si en algún momento alguien de los presentes hoy dudo de que tuvieran dinero pues ahora si estaban seguros. El estacionamiento además de ser muy espacioso, también tenía muchos autos y no hay que ser muy genios para saber que todos eran