Capitulo XIV  La luz penetro en mis ojos de imprevisto, sentí como volvía a mi cuerpo sin saber por cuánto tiempo estuve inconsciente. Esperaba encontrar a Benjamín junto a mí, pero no. Nadir se veía realmente preocupado, cansado y triste. Acostumbrarme después de los bombeos de información era lo que más me costaba, estaba en una cama que aunque no era la mía parecía muy familiar. ¿Dónde estamos? - le pregunte, el se hallaba sentado a mi lado. En mi casa, Ricardo está hablando con tu neurólogo por teléfono -. ¿Qué sucedió con el juicio? ¿La dejaron libre? - un escalofrió recorrió mi cuerpo de solo pensarlo. No, lo suspendieron hasta la próxima semana - explico - Dime la verdad, ¿Qué fue lo que paso allá? Pensé en mentirle, pero no ganaría nada con eso. Le conté desde la primera