NARRA IVÁN
Veo el auto de Cecilia irse, no debí dejarla ir así y mucho menos después de hacer el amor con ella. No se si fue lo mucho que tengo desde no tener intimidad que lo sentí tan sublime. La amo y no que mierda hacer para poder salirme de toda esta basura. Entro de nuevo a la casa y tomo un florero a un lado de la puerta y lo estrello contra la pared. Estaba de lo más estresado. Se que lo que acaba de pasar al negarme a renunciar al hospital solo creo una brecha muchísimo más grande entre nosotros, pero aunque yo quiero hacerlo, no puedo. En este momento debo pensar en mis hijos principalmente que son los que saldrían perjudicados si hago lo que Cecilia me pide.
—Papi, papi. — escucho una pequeña voz cerca de mi. Yo me alarmo pues hay pedazos del jarrón por todos lados.
—Prince
