ABRIÓ LA PUERTA DE ESTÉ INFIERNO

1514 Words
NARRA IVAN El escuchar mi nombre ser nombrado fue algo sublime. Me sentí realizado como profesional, cuando soñé con volverme médico me sentí muy ansioso. Pues se que la medicina no es para cualquier persona. Se necesita mucha, vocación, dedicación, disciplina y mucho aprendizaje. Este momento debería de haberlo podido vivir con mi familia, sin embargo estoy solo porque no se me fue permito traer a alguien conmigo. Escucho levemente los gritos de mi Ceci a través de la llamada que le hice. Se que esta muy feliz por mi. Me pongo de pie y la luz de un reflector se posa sobre mi. Los aplausos no se hacen esperar, las felicitaciones de parte de los médicos, y otros miembros del personal tampoco. Lila se acerca y me felicita. Ella me abraza y por respeto no le correspondo, solo asentí a sus palabras. Cuando todo eso termino y el señor Sucolu siguió para anunciar el siguiente director. Yo decidí tomar asiento y al ver mi celular veo que la llamada fue cortada. Suspiro porque tengo la sensación de que fue el haber escuchado qué Lila está aquí, más ella tendría que saber que jamás le sería infiel y mucho menos con una mujer como ella, que no le llega ni a los talones a mi esposa. Decido escribirle un mensaje, para asegurarme que todo está bien. -Soy el nuevo director de pediatría, princesa. - le adjunte varios emojis con caritas de celebración. Ella lo lee casi de inmediato y me contesta de igual manera. -Sabia que lo lograrías amor. Estoy muy feliz por ti. Me siento muy orgullosa por este logro. Escríbelo en el chat familiar se que todos te dirán lo mismo que yo. Cuídate mucho y disfruta de la reunión con medidas ¿ok? Te espero aquí en casa. Te amo Príncipe. - Leo el mensaje y sonrío. Ella siempre con su autocontrol, pero se que esto es difícil para ella. Terminan los nombramientos y la reunión después de la cena, ya se empieza a volver fiesta y se empieza a tornar incómodo para mi. Me acerco a la mesa donde está el doctor Sucolu hablando con varios hombres que no conozco, pero no tienen porte de ser del gremio médico, por su vestimenta de botas y sombreros, sin mencionar el hecho que intimidan un poco con la mirada intensa que tienen. —Buenas noches, doctor pasaba por aquí para agradecerle y a su vez despedirme. — le digo amablemente. —¿Porque se va tan temprano doctor Galeano? — me pregunta poniéndose de pie. —Mi esposa embarazada me espera, señor. Me gustaría compartir la noticia con ella. — respondí el asiente y se pone de pie. —Creo que debemos adelantar la reunión privada señores. — dice uno de los hombres, el Doctor Sucolu se pone de pie y asiente. Llama a uno de los hombres a su espalda y le dice algo al oído. Este hombre asiente y se va. —Doctor Galeano necesito que se quede un momento. Hay una reunión entre los directores del hospital que necesito se lleve acabo en estos momentos en otro salón. — yo asentí me quede un momento viendo el movimiento que se hacía entre ciertos doctores. Silenciosamente vi como de uno en uno iban entrando a otro pequeño saludo fuera del salón principal. Todos nos sentamos alrededor de la gran mesa de madera que tenía el lugar. —Bueno muchos ya saben que hacemos aquí y para los nuevos les explico. — empieza a decir el señor Sucolu. No me gusta para nada la pinta de esto. Lila entra a la reunión, trae unas copas de vino consigo y las va dejando una frente cada uno de los presentes. Muchos las toman sin problema así que decido darle un pequeño sorbo a la mía. La verdad que lo hice porque estaba algo inquieto y eso me ayudaría a calmar un poco la ansiedad. —Bueno para los nuevos directores es simple solo déjennos hacer nuestro trabajo y todos seremos felices. Aquí los señores son miembros de la mayor organización de trata de personas del país. Se los presento, omitiremos saber sus nombres reales. Pues eso no les interesa. Ni se les ocurra abrir sus bocas porque, hija, las carpetas por favor. Entregárselas a cada uno de ellos. — cada palabra que este hombre decía era clavada en mi corazón y cuerpo. Esto tenía que ser mentira, una jodida broma, una pesadilla del cual espero muy pronto despertar. Lila pone una carpeta frente a mi y veo que solo los nuevos directores tienen una enfrente. Con mi mano temblorosa la abro y empieza a ver su contenido. Cada hoja era el perfil de cada m*****o de mi familia, con su nombre completo, fotografía reciente, dirección, trabajo, hasta el tipo de sangre de cada uno. Las ultimas cuatro hojas fueron las mas dolorosas para mi. Una foto de cada uno de mis hijos mientras juegan en el patio de mi casa y la foto de mi esposa recostada en una silla acariciando su barriga. Su hoja dice embarazada de trillizos de 16 semanas de gestación, su tipo de sangre, sus padecimientos. Quería pararme e irme de este lugar, quería gritar, quería golpearme a mi mismo. Matar a todos los que estaban en esta sala conmigo. ¿Que mierda hago ahora? Esa era la pregunta que me hacía en este momento. Mi mano cerró la carpeta con un ligero temblor. No logro levantar mi mirada de la carpeta frente a mi. Si no sabía que hacer, mucho menos que podía decir. —Tranquilos, toda su familia estará bien. Su trabajo es simple seguir instrucciones. Lo que me hace tener que llamarle la atención a usted doctor Galeano. Cuando el doctor Salgado aquí presente, le dijo sobre el diagnóstico de un paciente y usted debatió sobre eso, haciendo que un negocio que ya estaba en proceso se fuera a la basura. Se perdió mucho dinero por su culpa. Mire aquí es una jerarquía y desde que acepto que mi hija fuera su asistente. Abrió la puerta de este infierno. No nos lleve la contraria y todo estará bien. Bueno digo usted, su esposa Cecilia sin mencionar a sus hijos David, Solange y Elizabeth o diminutivo por si queda duda, Sol y Liz. No dejemos afuera a los que pronto se unirán a la familia. Si alguno de ustedes se quiere pasar de listo y se le ocurre hablar con la policía, denunciar o lo que sea lo sabremos. Esto es un negocio que une muchas fuerzas y la policía son los que nos hacen los mandados. Así que señor, bienvenidos a el lado oscuro de la mafia. Ahora vamos, sonrían para la foto dejen esas caras largas. — dice señalándonos para ver hasta donde Lila esta parada con una cámara fotográfica tomando varias fotografías de todos. —Bueno aquí ya saben que hacer o si no su familia paga las consecuencias. Más claro para que entiendan ustedes hagan su trabajo que nosotros hacemos el nuestro. Si no están de acuerdo se quedan con la boca cerrada y fin de la historia. Por cierto estas fotos van con quien sea que quieran mandar a la cárcel. Ustedes son miembros de todos esto ahora, a partir de hoy ustedes son miembros activos en la organización. Pasen buenas noches señores. — termina de decir el desgraciado enfrente de mi quien me ve con una sonrisita, al igual que todos los demás. Tomo todo el contenido de mi copa de un solo trago y suspiro al ver como algunos nos quedamos de la misma manera. Sudando frío así estaba yo, posiblemente mi presión arterial estaba un poco baja pues comencé a sentir náuseas. Y mis oídos poco a poco iban perdiendo la capacidad de oír. Me levante un poco tambaleante de la silla y con torpes pasos logre llegar hasta la puerta. Poco a poco sentí como mis piernas perdían la fuerza. Mire hasta atrás y mi vista estaba algo borrosa, pero podía distinguir a dos de los médicos nombrados hoy, que estaban recostando sus cabezas sobre la mesa. —Doctor, ¿necesita ayuda? venga yo lo ayudo. — me dice Lila. Trato de evitar que me toque, pero las fuerzas en mi cuerpo se van perdiendo conforme me voy moviendo más. —Venga doctor, yo no muerdo aunque me muero por probarlo. — la escucho decir cuando caigo de rodillas a el suelo. —Llévenlo a la habitación 418 y luego lleven a estos dos a la que mi padre les menciono. Asegúrense de no ser vistos al momento de hacerlo. — escucho decir antes de que perdiera total y completo control de mi cuerpo. Siento un apretón en mis mejillas. —Se intento por las buenas Iván, pero tuviste que ponerte difícil. — fue lo último que escuché antes de perder por completo el conocimiento. Nota: Chic@s los capítulos serán un poco más cortos hasta no tener respuesta sobre el contrato de la historia. Gracias por su comprensión.
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