EVANGELINE Llegamos a Nueva York, eran finales de octubre, así que hacía bastante frío, parecía que Will ya tenía preparadas hasta nuestras maletas, o fue el abogado, Dios que vergüenza si él empacó mi ropa interior. Es muy guapo el abogado finolis, ¿así de guapo estaría el desconocido?, ¿o más?, maldita sea necesito dejar de pensar en él, nos encontramos separados por miles y miles de kilómetros, y no creo tener tanta suerte como para encontrarlo hasta acá. Ahora este sería mi nuevo hogar, nuevamente. ¿Acaso maté a alguien en mi vida pasada y por eso estaba pagando en esta vida?, o tal vez robé una fortuna o peor aún engañe a la persona que amaba, Dios que idioteces estoy pensando. Y ahora, como miraré a Jud a los ojos, me siento tan culpable por todo lo que pasó. ¿Kat Y Anne se encon