HENRY Emily se giró entre mis brazos quedando frente a mí, aun dormía conmigo sujetándola como si no quisiera nunca dejarla ir porque eso era lo que sentía. Dios es tan hermosa, es inevitable no sonreír ante el recuerdo de todo lo que sucedió la noche anterior, como la acorralé en la cocina para luego hacerle el amor en mi cama, tal como había fantaseado varias veces ya desde que la conocí. Durante la noche me desperté y mis manos fueron solas a acariciar la piel de su espalda desnuda y como si no tuviera suficiente de ella volví a meterme entre sus piernas. Emily es altamente adictiva y supe desde el primer momento que la sentí junto a mí en esa playa que nunca me saciaría de ella. No recuerdo en que momento volví a dormirme, pero para cuando desperté nuevamente ella ya no estaba junto