—Lo pensaré—, le gruño. Agarra un corazón tejido de la mesa auxiliar y molesta a los gatitos con él. —Utilicé una fracción de la munición que tengo contra Chandler para que todos los libros se remontaran a diez años atrás. Sé dónde se equivocaron. Sé cómo solucionarlo. Tengo un plan de negocios. Sé lo que estoy haciendo. No fallaré. Y no volveré a preguntar. Puede que tengas algunos de los bolsillos más profundos de la ciudad, pero no me importa si tengo cinco inversores o cien. Estoy reuniendo el dinero para comprarle la parte a este cabrón. —¿Preguntarle a Marysha?— Maldita sea . No iba a preguntar. No iba a preguntar. Ella se encoge de hombros. —No me importa que el resto de mi familia sea idiota y guarde rencor porque creen que su padre es el padre biológico de los trillizos. Lo cua