~Harlow~ —Yo también me salté el desayuno—, me dice, levantando la mano para apartarme un mechón rebelde detrás de la oreja. Me doy cuenta de los afilados colmillos que sobresalen de su labio superior y él pasa la lengua por los labios. —Me alegra saberlo—, le digo, a punto de volver a alejarme, pero me detengo cuando él habla. —Sin embargo, tal vez puedas ayudarme con eso, Z—, ronronea, y me quedo paralizada en mi sitio. —Perdón—, jadeo cuando el calor de su pecho se presiona contra mi espalda. Mis ojos rápidamente miran al pasillo, preguntándome si los demás escucharon lo que me llamó. —Sé que trabajas para Tal—, ronronea Leon, y trago saliva mientras su nariz recorre el costado de mi cuello e inhala profundamente. —Pero estoy dispuesto a mantener tu pequeño secreto. Si tú mantienes