Antes de leer debo aclarar que no hace falta leer Ayuda Millonaria para comprender esta, son historias completamente diferentes.
(...)
Thomas Drew
- ¿Me estas hablando enserio? - le pregunto por decima vez en una hora a Melissa.
- ¿Crees que te mentiría con algo como eso imbecil? Si, es enserio, tengo un maldito atraso y aunque no lo parezca estoy aterrada.
- Bien... pero no estas segura de que estes embarazada, quizá es un simple gas ¿has probado con ir al baño?
Recibo una fuerte bofetada en mi mejilla derecha.
- ¿Eres así de idiota siempre o paras para dormir? Te estoy diciendo que tengo un maldito atraso de un puto mes, Thomas estoy en la mierda y si no te vas a hacer cargo simplemente dilo, maldito idiota, solo sirves para meter tu polla en agujeros.
- Tampoco te resististe mucho cuando sentiste mi polla en tú agujero.
Otra bofetada.
- ¿Sabes que? Iré sola al hospital, al fin y al cabo ni siquiera sé porque vine aquí, desde la entrada del edificio se siente ese olor a cobarde. - se gira e intenta irse pero la detengo.
- Iré contigo, no soy un cobarde y sea lo que sea que tengas ahí dentro - señalo su vientre - es mi responsabilidad.
Asiente y camina hacia el ascensor principal de mi empresa, si, vino a darme esa noticia en mi maldita empresa dónde todas son personas curiosas y esto podría llegar a oídos de mi madre.
-
Ya en el hospital resulta que Melissa ya tenía una cita con una ginecologa y nos atienden instantaneamente.
- Bien, señorita Wilson, y señor...
- Drew, Thomas Drew, un gusto.
Estrecho su mano y ella parece querer reirse de nosotros, ha de tener unos cuarenta años y pico.
- Se nota que son nuevos en esto, ¿cual es su duda señorita Wilson?
- Melissa, solo digame Melissa, y pues tengo un atraso de un mes.
- ¿Cuando fue la última vez que tuviste relaciones?
Melissa me mira en pánico y pidiéndome ayuda, me sorprende que ahora se encuentre tan domable, por lo general es la mujer más dificil que conocí en mi vida pero j***r que como se mueve sobre mi.
Alejo esos pensamientos inapropiados rápidamente.
- Hace una semana. - le contesto yo a la ginecologa.
Melissa no es absolutamente nada mío más que mi compañera de cama y en eso tenemos completa fidelidad el uno por el otro por lo que sé que la última vez que tuvo relaciones fue conmigo.
- Bien, ve a hacer pis en este vasito. - le entrega el vasito y le indica dónde se encuentra el baño, cuando me levanto para acompañarla la ginecologa me detiene. - ¿A dónde va usted? ¿acaso le va a sostener el vasito mientras ella hace pis? Por favor señor Drew sientese.
Asiento volviéndome a sentar mientras Melissa se va riendo como una loca.
- Bien y, ¿hace cuanto se conocen?
- Hace dos años.
- ¿Y son novios hace cuanto?
Mierda.
¿Que hago? ¿le miento y me convierto en un mentiroso o le digo la verdad y hago quedar mal a Melissa?
- Hace un año y medio.
- ¿Y ella es complicada?
- Lo normal, ya sabe, pero es agradable pasar tiempo con ella.
Por favor Melissa apúrate.
Mi móvil suena relajandome ya que no deberé responder más preguntas incómodas.
- ¿Hola?
- ¿Dónde estas?
- Estoy bien, gracias por preguntar Alexia.
- He venido a la empresa y me han dicho que saliste apurado con una chica, exijo respuestas, soy tu hermana mayor.
- Por un año lo eres y en la noche te cuento, ve a mi departamento que pediré comida china, adiós hermana.
Le sonrío a la ginecologa.
- Mi hermana es bastante molesta.
Ella sonríe y justo en ese momento entra Melissa con el vasito lleno de pipi y se lo da a la ginecologa, quien saca un palito de sus cajones y lo mete dentro del vasito.
- Esperemos un poco, ¿has estado bajo algún metodo anticonceptivo?
- Al principio tomaba pastillas pero me engordaban demasiado.
La ginecologa asiente y luego de un tiempo saca el palito.
- Felicidades señor Drew y señorita Wilson, estan embarazados.
Maldita sea, seré padre.
Pañales.
Llantos.
Gritos.
Popo.
Voy a tener un pequeño extraterrestre, maldita sea.
Salimos del hospital ambos en estado de shock, ya en el auto soy capaz de hablar.
- Bueno, sé que no te gusta que te de ordenes pero la semana que viene te mudas conmigo, quiero estar seguro de que estan seguros. - sonrío levemente en un intento de tranquilizarla.
Para mi sorpresa no pone oposición, y mejor así ya que vive al otro lado de la ciudad y se me complicaría demasiado si en algún momento sucede alguna emergencia.
Cuando llegamos a su casa recién se atreve a hablar.
- Vamos a ser padres, voy a ser mamá. - susurra y me mira.- Thomas, hay algo viviendo dentro mío, y no es comida.