CAÍDA VEINTICUATRO “¿Listo?” Preguntó Héctor mientras estacionaba la pick up. “¡Coño, sí!” dijo Patty. “Tengo que admitir que no puedo esperar a llegar allí de nuevo. Aún no soporto a las Posters pero es la única manera de volver al juego…” Se encogió de hombros. “Puedes dejarlo cuando quieras. No quiero forzarte a que vayas allá de nuevo. Podemos encontrar algún tipo de trabajo que te ayude a pagar tu deuda en unos pocos años”. “Sí”, resopló. “Unos pocos cientos”. Se volvió hacia él desde el asiento. “Mira, aprecio la oferta, pero soy buena en esto”. Héctor exhaló. “Ok, hagámoslo entonces”. El estadio estaba completamente lleno de nuevo. Anuncios de hologramas gigantes mostraban a las atletas Ciberpink inclinándose hacia abajo y burlándose de los fanáticos mientras pasaban frente a