Ya paso una semana de lo de mi madre y a veces me siento sola, el departamento se hace enorme para mí, pero de ninguna manera me iba a ir a vivir con mi hermano. Este es mi hogar, aquí crecí así que no había ni chances de irme.
Claro que ese almuerzo que tuvimos fue más como una batalla en donde ninguno quería ceder. Mi hermano está argumentando que soy una niña y que no puedo vivir sola todavía, y que obviamente es su responsabilidad cuidar de mí. Por mi parte tengo que repetirle que ya deje de ser su niñita, que me estaba convirtiendo en una mujer y que nada podía hacer contra eso, además ya era hora que me valiera por mí misma. Que él podía seguir cuidando de mí, pero desde su hogar y que el edificio donde vivimos como familia es demasiado seguro y está ubicado en una de las mejores zonas de New York.
Claro que cuando le dije que quería trabajar para mantenerme sola fue una batalla perdida. No hubo caso ni argumento que me ayudara. Aceptaba que viviera sola, pero debía enfocarme solo en mis estudios. Por lo que él iba a administrar el dinero que tanto mi padre como mi madre me dejaron en herencia para cubrir los gastos de la vivienda, mi manutención y en lo que yo quisiera gastar. Todo eso en una cuenta en el banco a mi nombre que iba a ser depositado mes a mes. Mi hermano es tan detallista que duele.
A su amigo no lo volví a ver desde esa mañana que se apareció en mi puerta, gracias a dios y eso que vivimos en el mismo edificio. Supongo que tener que hacerse cargo de la firma de abogados que le lego su padre le demanda mucho tiempo. En fin, ni siquiera se porque estoy pensando en él no me agrada, se burla cada vez que puede y no debería tenerlo en mis pensamientos.
Estaba en el living viendo un documental sobre neurociencia cuando mi teléfono suena, no iba a atender, pero vi que era mi amiga así qué tenía que saber que quería.
-Hola Liz
-Lía! Tengo una invitación para hacerte- Suelta del otro lado del teléfono.
-Y cuál sería esa propuesta? - Le digo intrigada, aunque yo estoy bien con lo que estoy haciendo
-Sophie nos invitó a la fiesta que su hermano va a dar esta noche en su casa- Me dice emocionada.
-Mmm no se Liz, estoy cansada y además estoy viendo un documental sobre neurociencia- Me doy cuenta como sonó después de decirlo
-Lía por dios es viernes! Tenemos dieciocho años y en una semana nuestra vida social se va a morir, así que levanta tu culo del sofá ponte un vestido sexy que en dos horas paso por ti- Ruedo mis ojos, aunque sé que no me puede ver, a veces puede ser muy mandona.
-Como usted ordene, jefa- Me burlo.
-Adiós Lía!
-Bye Liz!
Bueno dos horas para arreglarme, la odio cuando me avisa con tan poco tiempo. Primero bañarme y secarme el pelo. Luego buscaré un vestido.
Después de tomar un relajante baño y secar mi pelo en tiempo record encontré el vestido perfecto para la ocasión en color rojo. Recogí mi cabello y me realice un maquillaje no tan cargado, pero resalte mis ojos esta vez, en mis labios apenas de color.
Listo! Me mire al espejo y me encantaba como me veía, ahora solo quedaba esperar que Liz pase por mí.
Para cuando mi amiga me aviso que estaba abajo me asegure de que todo estuviera cerrado, apague las luces y salí. Cuando llegue a la recepción del edificio Liz estaba ahí esperándome. Nos despedimos de Bruce el conserje, que nos pidió que nos cuidáramos.
Una vez dentro del auto mi amiga ya no pudo contener el comentario...
-Lía estas hecha una maldita perra sexy, esta noche vas a alborotar muchas hormonas masculinas y porque no femeninas también- Me dice riéndose.
-Por dios Liz! No es para tanto, además ¿te has visto? Estas increíble- Le digo y es verdad ese vestido n***o ajustado al cuerpo que tiene la hace lucir increíble.
-Es cierto soy...- Deja de hablar para quedarse mirando como boba hacia la puerta del edificio, cuando giré mi cabeza me di cuenta porque se había quedado idiotizada Quien es esa aparición divina? ¿Lía salió de ahí? Lo conoces? Joder es un dios griego ese hombre.
No me asombra que no lo reconozca, para cuando él se fue nosotras éramos muy chicas y ella en ese entonces no se percataba de la presencia de mi hermano ni de sus amigos.
-Si lo conozco, es amigo de Thomas. Se mudó al piso de arriba, es mi vecino- Ella me mira fijo.
-Espera no será Nicholas Grey no? - asiento- Dios que le dieron con los años, se puso increíblemente mejor si es eso posible.
-Pensé que no lo reconocerías- El mira hacia nuestro auto- Dios Liz arranca antes que se termine de dar cuenta que soy yo y llame a mi hermano. Ella pone en marcha el auto y nos vamos.
-En realidad no lo hice- Me dice- Hurgué en mi memoria cuando lo vi más detenidamente y me dijiste que era amigo de tu hermano. Recuerdo haberlo visto pocas veces, pero esos ojos no pasan desapercibidos.
-Bueno será muy lindo, pero es insufrible, no lo soporto. No dejo de decirme "pequeña Amalia" desde que lo vi- Se ríe- Mejor dejemos de hablar de él y escuchemos música.
Y con eso di por terminada la charla sobre su persona. No nos tomó mucho tiempo llegar a la casa de Sophie. Cuando entramos había chicos y chicas por todos lados bailando y bebiendo, incluso hasta en la piscina.
-Vengan, vamos a tomar algo- Nos dijo Sophie cuando nos recibió y nos llevó hasta la cocina- Mi hermano esta con sus amigos afuera.
Sophie estudio con nosotras, pero en el último año ella se cambió de escuela así que dejamos de frecuentarnos tanto, aunque seguimos siendo amigas. Liz siempre estuvo secretamente enamorada del hermano de Sophie, Jack típico chico bonito, rubio de ojos verdes y líder nato. Siempre nos trató muy bien, pero para mala suerte de mi amiga nunca noto nuestra presencia más que como las amiguitas de su hermana.
Y por cómo se vino vestida mi amiga juraría que le quería demostrar que ya no era una niñita.
La música suena y no dejamos de bailar. Los shot de vodka invaden nuestro sistema y después del sexto creo que debería parar.
En un momento pierdo a Liz no sé dónde se metió, Sophie y yo seguimos bailando cuando dos chicos se unen a nosotras. Son lindos. Movemos nuestros cuerpos cerca del de ellos, antes de sentir unas manos sujetar mi cadera para balancearla al ritmo de la música nos ofrecen tequila.
Mierda en ese momento pareció buena idea tomar, pero ahora veo que no debería de haber mezclado con el estómago vacío. Creo que estoy un poquito borracha y ya me quiero ir. Busco a Liz por toda la casa hasta que la encuentro con Jack, le aviso que me voy a ir, pero no soy tan mala amiga. Finalmente está hablando con él así que le digo que no se preocupe que me voy en taxi.
Después de lo que me pareció una eternidad llegue, pague y me baje. Bueno yo puedo hacer esto pensé, pasas el lobby tranquila y entras al elevador, no es difícil.
Mi plan era impecable excepto por el pequeño detalle de que Nicholas iba de salida y me vio entrar. Me miró fijamente y su cara se transformó. No pasa nada pensé puedo pasar por su lado como si no estuviera, pero la suerte no estaba de mi lado y mi estabilidad corporal aparentemente tampoco porque cuando pensé que me iba a ir de boca al suelo sus fuerte brazos me sujetaron por la cintura evitándolo.
Él no me soltaba, su aroma estaba intoxicando mis sentidos y juro que un fuego me atravesó completa. Ya no sabía si era el o que yo estaba borracha pero después de unos segundos mirándonos fijamente que me parecieron una eternidad el rompió el silencio...
-Amalia estas ebria?
Joder mi hermano me iba a matar lentamente cuando se entere...