NICHOLAS Iba a quedarme toda la semana con ella porque era como estar en el paraíso, había sido perfecto. Cada vez que Amalia terminaba de asistir a alguna conferencia o clase la esperaba y salíamos a caminar y a comer, con ella todo es fácil, hablar, reír incluso hasta quedarnos en silencio. Por las noches nos dejábamos consumir por el deseo y las ganas que teníamos del otro. Cada momento con ella era insuficiente porque siempre deseaba más, necesitaba y quería mucho más de ella. Nunca fui hombre de una sola mujer y en honor a la verdad habían pasado por mi cama varias, pero ninguna jamás me provoco lo que Amalia provoca en mí y me asusta ya no poder sacarla de mi cabeza ni de poder tenerla lejos de mi cuerpo porque en el fondo sé que no voy a poder escapar mucho tiempo del compromiso q