—Necesito una noche de sueño en condiciones—Victoria esta acostada en uno de los grandes sofás del área de estilismo—Entre el desfile y la boda estoy al borde —Creo que nos merecemos un descanso—digo reprimiendo un bostezo sentada en una de las sillas mientras una de las estilistas me hace una decoloración para dejar mechas rubias en mi cabello. —Solo cinco minutos—murmura antes de cerrar sus ojos. Mañana es el desfile y todas estábamos a punto de colapsar. Habían pasado dos semanas desde que Nikolai y yo volvimos de Miami. Nuestra convivencia había mejorado, ambos estábamos más pendiente del otro. El otro hecho que había consolidado nuestra convivencia armoniosa era la llegada de Sergei hace una semana. El hombre tosco y malhumorado que me había recibido con una piedra en cada
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