En la villa, la casa de Salvatore se encuentra concurrida por los allegados de Evelyn esperando poder saber algo sobre la joven mestiza, el resto de la comunidad no está al tanto de lo que ha sucedido y es mejor así ya que se desea evitar que la información salga del lugar, se divulgue y llegue a oídos enemigos o chismosos. ― Vamos, Soph, una última vez, ¡puja! ― La mujer la alienta. Evelyn hace el último intento, da sus últimas fuerzas hasta que el dolor desaparece dejando un gran alivio en ella, el proceso ha terminado pero, algo va mal, no hay sonido, no hay llanto de uno o dos bebés como esperaba –o como es común leer en revistas informativas, viejas películas, etc.-; se incorpora con dificultad, observa a Victoria quien le sonríe gustosa, cargando en sus brazos a dos pequeñit