La muchacha sabía que su padre aún continuaba con el vicio y sabía que tenía que detenerlo. Realmente quería ayudarlo, ya que sabía que el alcohol no sería bueno para su salud a largo plazo y también podría afectarlo laboralmente. Valeria deseaba sinceramente que su padre reflexionara y se diera cuenta de que el alcohol no resolvería nada. Solo lo llevaría hacia un nuevo vicio que podría convertirse en un gran problema. Sabía que nada en exceso era bueno, y el alcohol podría ser algo que lo llevara a la ruina. Esa noche de domingo, Valeria había estado preparando un pastel y esperaba la llegada de Amanda, quien había prometido traer las bebidas y algunas golosinas para disfrutar mientras veían una película. Sin embargo, todo podría arruinarse por el estado de su padre, que parecía embriag