Katherine y Daniel estuvieron cabalgando durante horas por distintos senderos en el bosque y estuvieron a punto de caer en un pantano que estaba cubierto de nieve, por suerte ellos el caballo pareció darse cuenta que no debía ir por ahí porque se detuvo bruscamente y Katherine terminó golpeándose la nariz en la espalda de Daniel, ella se quejo.
__¡Hay!, Eso me dolió.
__ Lo siento no fue mi culpa, a sido del caballo
__¿Por qué se ha detenido? por poco y me rompes la nariz
__ No sé quizá hay algún pantano y por eso no ha querido avanzar
__ Creí que habías dicho que conocías por donde teníamos que ir
__ Cuando yo pase por aquí no había nieve todavía
Ellos se bajaron del caballo y Daniel tiró una roca grande enfrente de donde el caballo se había detenido y la roca empezó a hundirse.
__ Por lo visto ya no es seguro que vayamos por aquí lo mejor será salir al camino.
__ ¿Creí que habías dicho que no era seguro?
__ Bueno este camino es ahora aún menos seguro, así que iremos por el otro, a medio día de camino hay un pueblo no es muy grande y está bastante retirado, así que no creo que haya guardias buscándonos ahí, si nos damos prisa llegaremos antes del anochecer, también podremos darnos un baño y tener por fin una comida decente.
A Katherine la sola idea de poder darse un baño le pareció una magnífica idea y dijo.
__ La verdad es que realmente agradecería tener un buen baño.
__ Pues no se hable más.
Cuándo llegaron al pueblo Daniel buscó un lugar en donde pudieran cuidar de su caballo y se lo entregó a un granjero para que cuidara de él, sacó unas cuantas monedas de su capa y se las dio al anciano el cual las tomó y llevó al caballo a un establo para darle de comer y beber.
Luego siguieron el resto del camino a pie para encontrar una posada en la cual quedarse, el granjero les había dicho que solo había una en todo el pueblo la cual se encontraba al final de la calle que solo tenían que caminar un poco y la podrían encontrar.
Cuando llegaron a la posada, el lugar estaba casi vacío solo había unas cuantas personas bebiendo cerveza en la barra, ellos se sentaron en una de las mesas que había en el fondo de la posada e inmediatamente llegó una chica menuda, pelirroja, y con pecas en la cara atenderlos.
__¿Necesitáis algo?, Preguntó.
Daniel contestó rápidamente diciendo.
__ Quisiéramos dos habitaciones y algo para comer
La chica al ver a Daniel, empezó a coquetear con él, en aquel pueblo no había ningún hombre de buen ver y pocas veces pasaban viajeros por ahí, así que si tenía la oportunidad de que alguien tan bello fuera suyo aunque fuera una noche ella no la iba a desaprovechar.
__ Claro, si necesitáis algo más no dudéis en pedirlo
La chica empezó a coquetear descaradamente con Daniel y a lanzarle miraditas, era obvio que le gustaba él y no intentaba disimularlo, la chica se dio la vuelta y se dirigió a la barra donde estaba el posadero.
__¿Siempre causas ese efecto en las mujeres?
Le pregunto Katherine.
Daniel al ver que ella estaba un poco molesta por los coqueteos de la mesera quiso molestarla un poco.
__¡No sé a qué te refieres!
__ Es más que obvio que le gustas a esa chica
__¡Enserio!, No me había dado cuenta.
En lo que ellos estaban hablando llegó la mesera, con una bandeja en la que traía un estofado de carne, el cual olía increíble, pan caliente y queso, al ver la comida a Katherine se le empezó a ser agua la boca, la mesera dejó todo en la mesa y antes de marchar le puso la mano a Daniel en el hombro y le dijo.
__ Si necesitas compañía esta noche no dudes en llamarme.
Al ver aquello a Katherine la escandalizó, en la alta sociedad se consideraba inmoral que una señorita se comportará de aquella manera, ella se les quedó mirando un momento sin saber que pensar,Daniel empezó a intercambiar una sonrisa pícara con la mesera,cosa que hizo que ella se sintiera un poco molesta.
Pero dejó de darle tantas vueltas al asunto y empezó a comer, aquello sabía delicioso era aún mejor que cualquier cosa que ella había comido en el palacio. O era porque se estaba muriendo de hambre.
Katherine devoro todo lo que había en su tazón sin prestarle atención a nada más, cuando terminaron de comer Daniel se levantó de la mesa y se dirigió hacia la barra e intercambió unas cuantas palabras con el posadero, al regresar a la mesa llevaba consigo una botella de vino de frutas y sirvió un vaso para cada uno.
Después de beber unos cuantos vasos, una señora mayor la cual debía de ser la esposa del posadero los llevó a sus habitaciones las cuales estaban a la par, la señora les abrió la puerta y luego se marchó.
__ Si necesitas algo no dudes en llamarme.
Le dijo Daniel.
__ Nos iremos mañana por la mañana así que descansa
__ Esta bien, hasta mañana...
Después de despedirse Katherine entró a la habitación la cual era muy cómoda, había una cama grande en la que podrían caber perfectamente dos personas una mesa con una jarra de agua, una chimenea la cual estaba encendida y calentaba toda la habitación, también un espejo colgado en la pared, Katherine se acercó para mirarse, y se asustó al verse en el espejo.
No había ni rastro de la persona que ella había sido, estaba delgada y tenía la piel pálida, el cabello lo tenía hecho un desastre parecía que algún pájaro hubiese hecho un nido en él, tenía los ojos hundidos con ojeras como las de un mapache y un pequeño rasguño en la mejilla de la flecha que le había pasado rozando cuando escapaban de los guardias. Katherine se dijo a sí misma, me veo fatal.
Ella nunca había andado de aquella manera, si su madre la hubiese visto así, se habría vuelto a morir de la impresión, se dijo, ya no había ni rastro de la princesa que alguna vez había sido.
Katherine decidió dejar de pensar en ello, así que se quitó la ropa y las vendas que llevaba, se dirigió al cuarto de baño donde había una bañera que ya había sido llenada, así que sin más se metió en la bañera disfrutando de la sensación del agua caliente sobre su piel.
Ella tenía tiempo de no darse un baño como era debido ya que desde que la habían tenido prisionera en el calabozo no había podido darse un baño. Ella se lavó a conciencia y después de un rato salió de la bañera porque las heridas de su espalda le habían empezado a arder, gracias a la medicina que Daniel le había puesto estaba mejor pero todavía no habían sanado.
Cuando ya estaba limpia tomó una bata que había guindada en la pared, se peinó el cabello y como no quería tener que ponerse la misma ropa sucia que había llevado, se fue a la cama solo con la bata puesta, pero en eso alguien tocó su puerta.
Toc..toc.
__ ¿Quién es?
__ Soy Daniel, ¿Puedes abrir la puerta?
Katherine se apresuró a abrirle la puerta a Daniel.
__¡Creí que ya te habías ido a dormir!
Le dijo.
__ Te he traído algo de ropa.
__ Qué bien, creí que me tendría que poner la misma ropa otra vez, si te soy sincera no me hacía mucha gracia
__ También te he traído vendas limpias.
__ Gracias....
__¿Me dejas entrar? o piensas tenerme en la puerta toda la noche
Al decirle eso Katherine se puso nerviosa.
__ ¡Ah.. sí pasa!
Daniel entró, se sentó en la cama y puso la ropa a un lado, él llevaba el cabello aún mojado y se había cambiado la ropa ahora llevaba una camisa blanca con la mitad de los botones sin abrochar y un pantalón azul oscuro, al verlo de esa manera sentado sobre su cama Katherine empezó a ser más consciente de él y a ponerse aún más nerviosa y se quedó parada cerca de la cama hasta que Daniel le dijo.
__ ¿Que no piensas sentarte?
__¡Ah...! Si
__ Quítate la bata para poder ayudarte a poner las vendas
Al decirle eso Katherine exclamó asombrada.
__ ¡¡¡Ah...!!!
Al escuchar lo que le decía hizo que se sonrojara, Daniel le había ayudado a cambiar las vendas varias veces pero siempre había llevado los pantalones o el vestido que la tapaban un poco pero en ese momento ella solo llevaba una bata y nada más debajo de ella.
__ ¿Que?
__¿Cómo se supone que te ponga las vendas si llevas puesta la bata?
__ ¡Ah sí!, claro.
Katherine le dio la espalda a Daniel y empezó a quitarse la bata dejando su espalda y sus pechos al descubierto,ella intentó taparse con las manos lo mejor que podía. Daniel empezó a aplicar una pomada en las heridas con suaves movimientos asegurándose de no lastimarla, ella no pudo evitar sonrojarse al sentir sus dedos recorriendo su espalda , cuando él había terminado de ponerle las vendas ella se sintió agradecida al saber que ya había terminado.
Pero en eso ella sintió un suave roce de los labios de Daniel en su cuello, Katherine se sorprendió tanto que se dio la vuelta y le dio una cachetada a Daniel en la cara, él se quedó sorprendido por un momento y luego empezó a reírse y ella sentía que la sangre le hervía de la ira.
Katherine terminó de ponerse la bata y le dijo.
__ Lárgate de mi habitación.
Ella lo sacó casi a empujones ya que él seguía riéndose y le tiró la puerta en la cara.
Ella se fue a la cama hecha una furia, y creyó que le costaría mucho conciliar el sueño por lo que le había pasado pero al final el cansancio terminó ganando. Katherine se quedó dormida rápidamente.