Sandy se detiene frente a Harmonies y ve a los reporteros esperándola. Ella llegó a casa alrededor de las ocho de la mañana, se duchó, se vistió con un traje de negocios y quería parecer más como una mujer poderosa. Sandy mantendrá sus ojos fríos. Si se mantiene fría y les hace entender que su vida personal no tiene nada que ver con ellos, es posible que la dejen en paz. Mientras Sandy se acerca a la entrada y a los medios, ellos comienzan a gritarle preguntas. Su rostro permanece frío y ella dice: —¡Son un grupo de idiotas que creen que pueden arruinar mi vida! ¿Podrían dejarme en paz? Mi vida personal no tiene nada que ver con ustedes, y si no se van, ¡llamaré a la policía para que venga y los saque! —Ahora ella está gritándoles y no parece ni suena como una dama en absoluto. Sandy n