Rebecca va a enfrentar a Tony, presume que su relación con Ana, no está bien. No comprende todavía el tema de su embarazo, ni que Tony sea el padre de sus hijos. Al llegar a la habitación, ya Tony estaba profundamente dormido, motivado por el cansancio y las contradicciones del día. Sale de inmediato con una sensación de inconformidad, por no haber logrado su cometido de enfrentar a Tony. Sin embargo, siente una calma en su interior, al haber aclarado su situación con Alfred, se reconforta nuevamente, su relación con ese muchacho, por ahora se muestra placentera. No obstante, está convencida, que todo puede acabar muy pronto. Juzga a su hijo con severidad, cuando ella también le ha fallado a la confianza, que Tony ha depositado en ella ocultándole, que mantiene una relación secreta con s