Capítulo 5: El embarazo.

1561 Words
Rápidamente el médico lee los resultados: —Señorita usted está embarazada—expresa el médico. —¿Es una broma? —reacciona Ana asombrada. —No para nada, véalo usted misma. —Debe de haber un gravísimo error. Yo no puedo estar embarazada. Ja, ja, ja, no puede ser es imposible—protesta Ana con escepticismo ante la noticia. —Bueno mientras digiere la noticia, yo me tengo que ir, tengo todavía muchos pacientes que atender. —Papá, esto es mentira. Tengo que hacerme este examen de nuevo, para dar con la falla, no es imposible que yo esté embarazada, si yo jamás he tenido intimidad con nadie. —Ya vámonos Ana—responde su padre con aprensión. —Papá usted me cree ¿Verdad? —pregunta desconcertada. —Salgamos de aquí—responde su padre con mucha seriedad Salen del hospital y antes de subirse al auto de su padre, Ana le dice: —¿Papá, usted confía en mí? —Ana, por Dios cómo pudiste. —Papá, te juro que no estoy embarazada es un error, es más paremos en la primera farmacia y me hago una prueba casera, para salir de dudas. Yo no estoy embarazada papá, créame por favor—rompe Ana inmediatamente, en llanto, ante la actitud inexorable de su padre. —Vamos—dice su padre. Se internan, en el auto y su padre está fuera de órbita, no le dirige la palabra a su hija. Mientras ésta lo mira de reojos y va envuelta en un mar de lágrimas, por todo el camino. ***** Velozmente llegan a la casa, y Ana insiste en convencer a su padre, que la noticia de su embarazo en su farsa, su padre se mira suspicaz: —Papá dígame algo, su silencio me afecta. Por favor necesito que me crea, usted sabe que yo nunca miento. —Basta Ana, pretendes verme la cara. Allí en los resultados dice claramente, que estás embarazada. Y para embarazarse se necesitan dos, y tú no eres la virgen María. No seas absurda, al menos enfrenta tu realidad y dime ¿Quién es el padre de tu hijo? Es el vago de Steven, responde por favor ¿Quién es? —pregunta su padre furioso. Ana lo mira con desesperación, ya que realmente dice la verdad, jamás ha tenido intimidad con nadie, realmente fue fecundada de manera equivocada. —No lo sé, no entiendo como estoy embarazada. —Yo mejor me voy, tu cinismo no tiene límites, que decepción Ana, mi orgullo se ha roto en mil pedazos, con esta noticia. Echaste por la borda tu carrera, eres una inconsciente—sale su padre de la casa y cierra la puerta de un portazo. En este momento, Ana se debate entre el rechazo de su padre y la verdad. Tiene en este instante, en alta voz la duda de todo lo que está ocurriendo. Todavía no ata cabos, de la vez que fue al consultorio del doctor John Jhetro, para poder hallarle una lógica correcta a la situación, que se le pone de manifiesto. Suena la puerta y es su hermano Abel, quien ingresa a la casa y de inmediato se asombra, al ver a su hermana tan afligida. —Ana ¿Qué pasa? ¿Por qué estás llorando? En una medida desesperada, de hallar alivio, Ana se levanta, se abraza a su hermano y entre sus brazos le cuenta la verdad: —Estoy embarazada—lo suelta sin tapujos. —¿Cómo, no entiendo tú no eres virgen, pues? —Si lo soy, pero según éste examen, que me hicieron en el hospital lo estoy. Mi papá no me creé, cuándo le juro que soy virgen, piensa mal de mí. Me quiero morir Abel. —No hermanita no digas eso. Yo si te creo, jamás te visto en nada raro con ninguno, al menos que yo sepa. Pero te creo, tú no eres de las mienten. Si quieres vamos hacerte otra prueba, seguro esa está alterada, yo que sé. No estás sola Ana. —Gracias Abel, ahora me preocupa mi papá. Salió odiándome. —No digas eso, si mi papá te ama. Eres la favorita, por ser tan buena e inteligente, nuestro padre te adora tonta, espera aquí que lo voy a buscar. Sé dónde puede estar, mientras seca esas lágrimas y deja la angustia, que esto lo vamos a resolver. El buen Abel, le brinda el consuelo, que necesita la pobrecita en este momento, donde tiene tantos sentimientos encontrados. ***** Mientras tanto en la Mansión Hufman, Tony en compañía de sus fieles amigo, buscan de salir un poco de la rutina, se distraen y son atendidos por el personal de servicio a cargo de la mansión. Se encuentran fuera, en la cómoda área de esparcimiento. —Está casa es un sueño, hermano—comenta Alfred. —La construyó mi padre pensando en todo, como buen arquitecto de sueños. —Ja, ja, ja. El gran Samuel Hufman, fue uno de los mejores periodistas de este país—expresa Justin. —Si mi padre era único, lo extraño mucho. —Bueno vamos a dejar la tristeza, para otro momento. Te cuento que estoy saliendo con Charlotte, me tiene comiendo de su mano—puntea con irreverencia el avispado Justin. —Lo mismo decías de Mary, de Julia y hasta de Rossane—comenta Tony y todos se mueren de la risa. —En mi corazón caben todas, hermano—dice el intrépido Justin, quien es el casanova del grupo. —Deberías enseriarte, ya no tienes 20 años—menciona Tony —Si apenas estoy en la flor de mi juventud, no seas aguafiestas Tony—lo reprende Justin. —Tony, cuéntanos de aquella muchacha, que inseminaron con muestras tuyas ¿Qué ocurrió con ese asunto? —pregunta Alfred. —El doctor y la enfermera, salieron del país probablemente, sin dejar rastro. Aunque tengo pensado en acercarme a esa clínica, para conversar con la secretaria, investigué y la chica es la única, que continúa trabajando allí con la nueva doctora. —¿Qué esperas? probablemente ella te pueda dar más detalles—asienta Justin —Tu historia supera la barrera de lo increíble Tony, cuando me dijiste no lo puede creer. Con razón no me contaste nada en la oficina—comenta Alfred. —Es un tema delicado, que no se puede hablar en cualquier parte. —¿Dónde está Rebecca? —pregunta Justin, por la madre de Tony. —Debe de estar dormida a estas horas. A mi madre, aunque lo niegue, le pasa lo mismo que a mí con Micaela. Extraña mucho la compañía de mi papá. —Bueno volviendo al tema de la muchacha, has pensado si realmente quedó embarazada. Y hay un hijo tuyo creciendo, por allí en algún lugar—asevera Justin —La certeza, de que eso pueda ser cierto, me atormenta—se queda Tony mirando a su costado con incredulidad. —Vamos a brindar, salud—propone Justin y todos chocan sus vasos sonrientes. **** En casa de Ana… Allí en la puerta, está parado su padre con lágrimas en sus ojos: —Hija—musita. Ana lo mira desde el sofá, no ha hecho más que llorar, todo el día ante lo extraordinario. —Papá—susurra, su padre se abalanza encima de ella, dándole el conforte que precisa. —Mi amor perdóname, tu hermano me hizo ver la realidad, tú no eres de las que mienten. Tenemos que unirnos como familia, que falta nos hace mi amada Lucia en este momento, ella si hubiese sabido reaccionar con sabiduría. En cambio, yo siempre he sido un bruto. —No digas eso papá. Papi lo único que se me ocurre es ir a la clínica, donde fui para la revisión, el médico me hizo un procedimiento, yo por desconocimiento, ya que jamás había acudido a un ginecólogo, deje que lo hiciera, pero posiblemente atando cabos, llegue a la conclusión, que me pudieron hacer fecundado allí. No encuentro otra explicación—atina Ana haciendo uso del raciocinio. —Entonces mañana mismo, vamos a esa clínica y haremos un escándalo, hasta dar con la verdad de tu embarazo. Perdóname mi amor, te amo Ana—expresa su padre arrepentido. —Gracias Abel, te quiero tanto hermanito. —Y yo a ti tontita, a veces te hago bromas pesadas. Pero en el fondo eres lo más importante, para mí y es mi deber, como hermano mayor cuidarte y protegerte. Yo también iré con ustedes, a esa clínica así sea a punta de puños, le sacaremos la verdad a ese doctor. —¿Y si es una experiencia religiosa? —pregunta su padre con hermetismo. —Por Dios papá, no hagamos un show de esto. La lógica de Ana es la que más cuadra, con todo este escenario, ese tipo la tuvo que haber fecundado, es la única explicación a este entuerto. Valiéndose de la inocencia de mi hermana, a lo mejor estaba practicando un procedimiento nuevo y la utilizó como conejillo de india, sin importarle el daño que ocasionaría. —Tienes razón hijo, estoy dejando volar mucho la imaginación. —No se hable más, mañana mismo daremos con la verdad. Mi hermana tiene quien la defienda. Se juntan todos como familia en un caluroso abrazo familiar. ¿Qué nuevo rumbo tomará, la vida de Ana, ante la noticia de su embrazo?
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