*** SANTIAGO (ACTUALIDAD) Iria se levantó poco tiempo después de que salí de bañarme, algo que agradecí en el fondo. Ya me encontraba vestido y pretendía mover a todos para regresar a la ciudad. No estaba de ánimos para pasar un fin de semana en la playa. — ¿Qué hora es? —Iria se llevó las manos a la cabeza y apenas podía abrir los ojos porque la luz lo molestaba. — Son las nueve de la mañana. Voy a bajar a desayunar, ¿quieres algo? —Le ofrecí. — Mierda, las nueve, ¿en qué momento me quedé dormida? —preguntó con la voz pastosa por el sueño y el malestar en general. — Apenas estaba haciéndose de noche cuando todos se empezaron a quedar dormidos. Así que no me quedó alternativa que alquilar habitaciones para todos —. No la volteé a ver. — ¿Estás enojado conmigo porque me emborraché ay