NICOLE (CUATRO AÑOS ATRÁS) — ¿Tienes algún cuaderno de pinturas o algo similar que hayas realizado? —Me preguntó Santiago, tan pronto salimos del elevador para ir a mi apartamento. — Sí, pero de verdad son solo bocetos sin sentido. Es una tonta afición que empezó de niña. . . — Y que estoy seguro de que te estás subestimando. Minutos más tarde . . . — Pero, ¿qué mierda. . .? —Se interrumpió Santi así mismo con uno de mis cuadernos de dibujo en su mano. — ¿Aún sigo siendo aquella joven y sexi promesa? —Le alcé una ceja al mismo tiempo que me mordía la lengua para no soltar una carcajada. — Pues . . . No pude evitarlo. Le arranqué el cuaderno de dibujo con una carcajada sonora. — Estás viendo mis primeros dibujos que hice cuando era una niña —. Le intercambié el cuaderno y le