-Valentina- Habían pasado ya algunas semanas de nuestro viaje a Bolivia, la pena que afrontábamos tanto Iván, los niños y yo, por la pérdida de nuestro Héctor, era aun grande, los niños lloraban más de los días porque lo extrañaban mucho, y ni que decir de Iván, su semblante había cambiado, era un poco corpulento y ahora estaba demasiado delgado, las rutinas de trabajo eran mas extensas, casi no tenia tiempo para nada, él decía que debía seguir por los niños, pero lastimosamente era como una muerte lenta. Las investigaciones por parte del esposo de Ania, no nos daban mayor información, pistas nada más era lo que tenían, pero en sí nada en concreto, Sebastián se contacto con un conocido de él que vive en Bolivia y el le dijo que por su lado haría una investigación, al menos para conocer l