Tras escuchar un llamado en la puerta, Nan, quien se acababa de despertar, respondió perezosamente: "Hmm... adelante". A decir verdad, la noche anterior, el conductor de su hermano la había llevado directamente hasta la mansión Su; así que, no era extraño que dos sirvientas de su casa entraran a ver cómo se encontraba. Además, no ingresaron solo ellas dos, sino que traían consigo un gran perchero con innumerables conjuntos; luego, cuando estuvieron frente a ella, le informaron respetuosamente: "Señorita, esta es la ropa que el señor ha preparado especialmente para usted. Asimismo, el señor Su y su hermano la están esperando en el comedor". Cuando vio toda esa ropa, Nan se quedó un poco sorprendida y, exclamó para sí misma: "Papá, no deberías ser tan exagerado. Apuesto que, si