Después de haber empacado lo necesario – y lo poco que quedó intacto luego del atentado– los jóvenes se pusieron en marcha y se dirigieron al aeropuerto listos para despegar, Amelia, Santiago, Kostya y Lee se sumaron al equipo y ofrecieron su ayuda para terminar con lo que sea que esté por suceder; totalmente agradecido Misael les permitió subir. — ¿Qué hace Marianne aquí?— preguntó Liesse a Misael. —Su padre se encuentra en Colombia, allí es a dónde nos dirigimos, asique me pidió venir— se encoge de hombros despreocupado. —Ya veo, ¿Y de dónde se conocen?— intentó no parecer interesada, fracasó rotundamente. —De la escuela, todos decían que Misael estaba enamorado de mí pero solo eran rumores— la muchacha ríe acercándose. La alemana la escudriñó lentamente y a conciencia, aquella ital