—j***r, parezco un mendigo— se queja el mexicano.
—Por si no te has dado cuenta todos estamos en las mismas condiciones— farfulla Francis.
—Pero yo tengo prioridad — sonríe.
—No me digas, ¿Estás embarazado?— ríe Víctor y lo secunda Amelia.
—No, aún mejor, tengo sensualidad— se encoge de hombros.
—En algún momento se te acabará — se carcajea Jamie contagiando a sus pares.
—Los celos Jamie, los celos — se burla.
La noche transcurre serena, el clima cálido del país ha sido propicio para que la preocupación de pasar la noche lejos de un techo sea menor, las playas brasileñas traen consigo una maravillosa vista y sus aguas les permiten darse un baño refrescante después de la explosión de su nave.
— ¿Crees que las autoridades del país ya sepan de nuestro avión?— pregunta Bastian.
—Es lo
