Capítulo 5

1505 Words
Mirando a la persona que está al frente de las ofrendas dejadas para Atena, esta una mujer de buen cuerpo con pelo rubio lacio, en una trenza de su lado, con vestiduras de los romanos como los que son enseñados en las viejas películas, y ojos marones. Atena tiene en su mano una daga, que aguanta fuerte en su pecho, viéndola me da miedo, me preocupo por mi familia, y conozco que no debo pero mi familia es mi todo. Sin pensar en mi miedo camino an ella y para cuando ella alza su mano para decirme. — Hasta hoy, tu tiempo a llegado, pero para ser libre tienen que seguir la fe que an seguido, me an demostrado que su amor es más grande que sus miedos aún en las dificultades, pero ahora deben de enseñarme que aún en la desgracias de tus propios familiares no los destruirá por completo.— me sonríe al terminar su explicación. Si escuche bien sus instrucciones, solo debo de seguir siendo lo mismo y cuando algo rompa no dejar que me destruya, eso suena más fácil dicho que echo. > Atena me miro con curiosidad, ella tuvo una energía que me dio escalofríos de mala vibra, mi vida no está a salvo pero algo si deseaba saber, y creo que Atena también lo sabía. — Diosa Atena, mi familia,— la miro con determinación — Atena se vio interesada — ¿Estaremos, todos incluyéndome estamos libres en poder tener nuestros creadores de dioses unirnos con nuestros amores platónicos en vez de ser escogidos?—Atena empieza a reírse a ella misma, y el miedo no se me baja, se crece en mi hasta que Atena empieza hablarme. — Todos sus amores serán reinstituidos, y en otros continuarán en su vida de amor, más la tuya será bendecida de mi parte, pero Chula, te dejo con una última advertencia, en tu caso tendrás el amor y el enemigo a la misma vez, decide correctamente para tu felicidad— al ella hablar su cuero empezó a brillar y de repente desapareció. Mirando por todos lados no veo a nadie, y escuchó los llantos de felicidad de mi familia. Al virarme mi madre me dice— Vamos a darle las gracias por su misericordia a la diosa Atena. Volviendo a mi posición le damos la gracias a Atena, después de unas horas de terminar nuestras gracias nos levantamos para regresar arriba, saliendo de la puerta viro para ver si necesitan ayuda cuando mi madre me toma por mi mano y me abraza con fuerzas diciéndome. — ¡Te amo mi preciosa!— mi madre me da un beso en mi cachete— ¡Gracias!— me sigue besando mi cachete repitiendo lo mismo. Por horas mi familia me dieron más amor por todas las bendiciones que nos dieron, pero me sentía incómoda escuchar que era yo quien rompió esta maldición y por fin digo a voz alta. — No me den las felicidades, recuerdan que la diosa da lo que ella desea, vamos a seguir dando las gracias a la diosa para seguir en sus buena gracia. Mis abuelos me dieron sus bendiciones y siguieron mis familiares dándome más cariño pero a la vez da do las gracias a la diosa que nos dio la maldición. Caminando para llegar al carro cuando una ave bajo, nos tomo a todos por sorpresa, la ave es de grande de un camión, y es blanco como la nieve, al virarse nos miro a cada uno de nosotros para bajarse y enseña un collar con algo que no puedo ver bien. Sabiendo que mi prima puede hablarle a animales y está a mi lado le pregunto.— Le veo algo en su collar, ¿puedes hablarle para saber que es? Mi prima, Aileen empieza hablarle sin temor. — Hola, soy Aileen.— la ave hace un sonido de búho, Aileen le sonríe— gusto conocerte, ahora va— Aileen me mira con un poco de curiosidad me dice. — Su nombre es Atenea nocturna, y tiene algo para ti en su cuello— me sonríe nerviosamente y me toma la mano. Gambas caminamos al búho para tomarle lo que tiene en su cuello, le temo a los búhos pero este es una excepción, el búho de Atena no es uno de ser tomado como chiste. Llegándole al collar veo que está aguantando una caja fuerte, y dice escrito en oro mi nombre, desatando el nudo que tiene el búho brinca y se va dejando la caja fuerte conmigo. Mirando la caja fuerte algo no se siente bien, mi familia están tratando de abrirlo y yo empiezo a tratar de mover a mis familiares para sacarlos, cuando mi madre me toma por la mano y me pregunta. — ¿Que te ocurre?— me mira con curiosidad y confusión. — No se siente bien, esto no se siente bien, y deseo que no lo abren, no hasta que le demos una oración para saber que hacer con la guianza de Atena.— mi madre les grita s la familia hacer lo que les dije. Pero mientras orábamos sabía que mi familia no estaban viendo lo que yo temía, y ese miedo seguía creciendo. “¡Corre!” Escuché a esa mujer gritar otra vez y esta vez me estremecí, mi padre viendo esto me coge la mano y pregunta con miedo en su tono. — ¿Chula, que te está pasando, estas actuando bien extraña?— me pone la mano en mi hombro para frotar hasta que me relajó. Sacudiendo la cabeza, temo lo que me está pasando, “¿por qué estoy tan asustada?” Mi prima Ninoshka es la más pequeña de mis damas y aún siendo humana ella tiene un poder que casi nadie conoce, es esto que ella se asocie con alguien de la familia por su poder. Al ella abrazarme siento todos mis temores irse de mi cuerpo, y de repente el miedo se me fue, no tenía ningún sentimiento de miedo pero mi prima empezó a gritar sin cansarse, todos nos asustamos pues no podemos tenerla asustada de este estado, son casi las dos de la mañana. Mi prima Jocelyn viene a ella y la toca, Jocelyn puede paralizar a quien ella toca, y eso mismo fue lo qué pasó, mi padre la coge para llevarla al carro que nos espera para ir a la fiesta. Caminando con los demás led tomo la atención para poder estar de acuerdo con mi familia, deseo que todo me salga mejor y conozco que mi familia están nerviosos. — ¿Me podrían dar su atención por un momento antes de ir a la fiesta?— todos paran para darme su atención y continuó— Entiendo que están pasando cosas que no entendemos, ni yo misma lo entiendo pero deseo que todos nos disfrutemos mientras damos las gracias Atena, no deseo que la distancia nos destruya, ustedes son mi familia, deseo que aunque mañana no estaremos aquí y nuestras vidas por fin serán de bendición, es lo único que les pido y que nos amemos aún en las dificultades.— Mi familia se abrazó mientras hablaba y pude ver que el amor que se tenían se reforzaba y supe que las cosas iban a estar bien si manteníamos las cosas como estaban incluso después de haber sido bendecidos con una maldición rota. Después de nuestro pequeño momento mi tío toma la caja fuerte. — Me la voy a llevarla a Nueva York, la mayoría de tus cosas tristemente se quedarán aquí pues tu madre entiende que no todo se puede traer— dice mi tío. Al verlo irse tomo mi traje en mis manos para entrar a el carro mas fácil, al entrar al carro me sigo esperando una mala noticia, un regalo de alguien, me siento asurada pero no tan fuerte como antes, esa voz me ha echo algo que no entiendo el porque pues no lo conozco, al tener a todos entrar o tomar su camino para el centro de actividades y en esos momentos nos vamos a la fiesta con otra actitud. Menos la mía que empieza a cambiar a como estaba antes, y esta vez me tiene más ansiosa. Llegando al centro de actividades para celebrar mi cumpleaños, para disfrutar de nuestra nueva libertad me veo dividida en salir para disfrutar o seguir con mi prima para saber cómo ella está después de ayudarme con lo que sea que esa voz fue cuando escuchó a Santiago. — ¿Hello?— miro para afuera para ver a Santiago moviendo su mano — ¿Se encuentra Chula? Entiendo que es tu cuerpo pero, ¿estás aquí oh estás con los pajaritos preñados?— me empiezo a reír de lo cómico que está actuando conmigo. Actuando, eso me deja mirando a Santiago con curiosidad y me pregunto. “¿Está actuando sus intensiones?”
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