Ana miraba por la ventana tratando de respirar el aire fresco mientras yo me ahogaba con su olor, algo que hace mucho no se presentaba en mí se alzó como fuego llameante, quemándome por dentro, quería saltar sobre ella y volver a marcarla, mi lobo aullaba asegurándome que era suya, llegamos a la casa de la manada y pude escuchar muchas voces a lo lejos —No puedo Alfa —Dije con voz entrecortada, Andrews me miro y esa mirada calentó más mi centro —Sal del auto y diles que deben esperar un momento El conductor no entendí mi petición, pero no pregunto más, se bajó del auto y dio mi recado a mi beta, el manejaría la situación —Vas a odiarme por esto pero es todo lo que puedo aguantar Bese a Ana con desesperación, mis manos viajaron por su cuerpo sin restricción, Ana jadeaba con sus ojo