MARIANA —Señorita, es mejor que se marche, en este pueblo no quieren a los forasteros. —Por supuesto que me voy a ir, no quiero problemas. —Es mejor, el pueblo es controlado por la gente de la montaña. —¿Son los de izquierda o derecha? O ¿rojos o azules? —Eso ya no importa, ahora son los que tienen las armas y controlan todo. Escuché que cogieron a una muchacha que se hacía llamar un guerrero de luz por estar vestida toda de blanco. —¿En serio?, necesito ir a verla, de pronto es la diosa que me puede curar. —Señorita Mariana, no sabía que sufría de alguna enfermedad. —Es algo complicado. —En ese caso debemos ir al pueblo, es posible que la ejecuten, la acusan de espía, de informante, si usted la conoce, de pronto la puede defender o también le comparten su pena, sería prudente and