Capítulo 18. Perdón señor, no escuche nada. Llegué a la oficina muy temprano, en realidad tenía en mente no presentarme después de todo lo que pasó anoche, pero las chicas me llenaron de valor y coraje. Así que ahora estoy, vestida con uno de los mejores trajes que puedan imaginarse, yo que me iba a aparecer con ropa deportiva, al final terminé aceptando que ellas me prestaran ropa, y acá estoy como toda una ejecutiva, aunque llevo unos tenis cómodos en los pies, porque eso de subir y bajar escaleras con tacones no lo vuelvo a hacer, pero estoy preparada para conseguir que mi jefe comience a pensar en mi de otra de manera. Pase por la recepción y para variar no había nadie, sigo sin comprender como es posible que sigan manteniendo a esa mujercita que nunca esta en su puesto, pero no es m