Capítulo 54. Si recuerdas algo, no olvides en llamarme. No me importa la hora Emi. Andrea llegó al área de emergencia por una puerta interior, caminó apresurada hasta encontrar un teléfono público en una esquina, levantó el auricular y pudo escuchar el tono, de pronto se percató que no tenía monedas para él, sus ojos se cristalizaron por la impotencia, las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas mientras sus manos le temblaban, -- ¡Lo siento Emi! – susurro e iba a colgar cuando alguien comenzó a mover su pierna, ella bajo la mirada y una belleza de ojos celestes la miraba desde abajo, un pequeño de unos cuatro años estaba cogido de su pantalón, el niño tenía en una bolsita muchas monedas, el pequeño sonrío y estiro su mano hacia ella, entregándole toda la bolsa a Andrea. Andrea