Capítulo 30. Usted no debe ser tan blando Señor. Romina regresa a su departamento completamente ofuscada, al estacionar su auto choca contra la pared se cochera consiguiendo rayar su auto lo que la enfurece aún más, -- Esto no puede salir peor – susurra mientras tira la puerta al cerrar, el portero del edificio la observa y desconoce a la educada y alegre mujer que ha visto durante dos años, ahora no sabe si acercarse o quedarse donde esta, pero escucho el choque y por seguridad debería al menos preguntar si ella se encuentra bien, -- ¿Señorita Riviera se encuentra bien? – logra decir con voz muy baja, Romina lo llega a escucha y levanta la mirada furiosa, ver la oficina de Leandro y recordar la propia oficina de su madre le trajo muchos recuerdos a la mente, recuerdos que ella había