Capítulo 38. Pero ¿Cómo así?, yo… yo me dormí Leandro se despertó unos segundos después, él abre los ojos lentamente y se encuentra con el rostro de Andrea frente al suyo, ella está con los ojos cerrados, pero sus mejillas están completamente sonrojadas por la vergüenza, Leandro se quedó contemplándola por varios segundos con una sonrisa amorosa en sus labios y un brillo en su mirada antes de pasar su dedo índice por el rostro de Andrea, dibujando con él el contorno de este provocando que ella sienta hormigueos en su panza y algunas corrientes eléctricas en su espina dorsal, hasta que se acerco tanto que su propio aliento a menta la invadió, haciendo que su nariz reaccione por instinto. -- Buenos días bella durmiente – le susurra tan cerca de su rostro que su sonrojo se hizo más evidente