Tobias se detuvo en la entrada de una tienda de lencería y dijo de inmediato: "A mí no me conviene entrar allí, es un sitio exclusivo para mujeres. Hazlo tú y elige algunas cosas para ti". Natalie, quizá despreocupada, tarareó su respuesta y entró. La representante de la tienda observó que una persona acababa de entrar y se veía dispuesta a comprar, por lo que saludó con cortesía: "Señorita, ¿le interesa algo en especial?", dijo. Natalie se sintió un poco vergonzosa cuando la dependienta la recibió tan calurosamente. Por lo general, se encontraba con vendedoras que la trataban de forma horrible cuando ella visitaba sola algunos lugares un poco caros. Pensó por un momento y, pronto se dio cuenta de que la manera como venía vestida atraía muchas miradas y comentarios. Claro, l