Al día siguiente llegaron a casa Alfonso y Teresa para una reunión con Peter, ellos pasaron directamente al despacho. —Buenos días Peter— Dijo Alfonso tan pronto entró al despacho. —Buenos días, no sabía que Teresa vendría— Dijo Peter desde su asiento y tocando su barbilla. —Debía venir señor porque Alfonso no podrá explicar mi trabajo— Respondió Teresa con su mirada hacia abajo. —¡Está bien! Tomen asiento por favor— Dijo Peter tratando de que esa reunión terminara lo más pronto posible. Decidí entrar al despacho a llevarles un vaso de jugo, era bueno para empezar el día. —Buenos días, con su permiso— Dije mientras entraba con la charola en manos. —Amor no era necesario que hicieras eso— Dijo Peter desde su asiento. —No te preocupes amor, lo hago con gusto— Le respondí con una gra