Suzana Ferrari:
Escucho el timbre de mi apartamento sonar, imagino que es el portero avisándome que Caio no se ha movido del frente del condominio, porque su carro sigue estacionado allí. Este hombre está realmente loco, piensa que seré suya, solo en sus sueños, porque aquí en la tierra nunca seré suya, ¡nunca!
Respiro pesadamente y me levanto de la cama para abrir la puerta, en el momento en que se abre me sorprendo al ser presionada contra la pared por el idiota de Caio y le pregunto cómo logró subir hasta aquí.
—¿Cómo llegaste aquí? —pregunto irritada.
Él huele mi cuello, pero antes de responder me besa con ganas, siento que todo mi cuerpo tiembla por el poder de su toque, intento resistir, pero no puedo porque él sujeta mis dos manos sobre mi cabeza y pronto me rindo al beso de est
