Alek —No está lista —escuché opinar a Berta. No le presté atención, aunque tenía razón. Todavía tenía tiempo para enseñarle lo que necesitaba aprender. —Lo estará —me limité a decir. —Necesitas más que una cara bonita si vas a hacer lo que creo que harás —opinó, mientras tomaba las cartas que le di. —¿Qué crees que haré? —pregunté, tensándome más. No había llegado a mi límite, pero estaba cerca. Muy cerca. —Arnold no se tomará tu amenaza a la ligera. Con todo lo que está pasando, nada es seguro —indicó con una sonrisa, mientras veía sus cartas. —Yo no me tomé a la ligera y la suya tampoco —escupí. Sentí mi celular vibrar de nuevo y lo ignoré. Todos los hermanos estaban desesperados por una junta, Arnold me estaba llamando sin parar, pero no le he contestado. Me estoy encargando