Capítulo 11
Narra Melu:
Después de mi fatídico encuentro con Martin, me han surgido muchas dudas. Quería saber de dónde había sacado que su hermano estaba interesado en mí, pero no tuve oportunidad de hablar con Pablo los días siguientes porque nos preparábamos para la fecha de estreno de la obra de teatro. Sin embargo, lo conversé con Ludwika y muchas teorías aparecieron de allí, pero realmente quería saber la verdad y aparte de eso… ¿A mí me interesaba él?
Don Alfredo ingresa al teatro treinta minutos tarde y se le nota alterado, habla con poca fluidez por el teléfono y luego cuelga, con un grito frustrado. Todos estamos a la expectativa, dejando a un lado nuestro trabajo para esperar una explicación de su parte. A su lado llega Pablo como su fiel ayudante, y con un suspiro pesado, nos revela lo que sucede.
-La protagonista ha renunciado- anunció, comenzaron a escucharse murmullos por todo el teatro -. No sé qué vamos a hacer, estamos a un mes del estreno y así busquemos actrices, es muy poco probable que se aprendan toda la obra en tan poco tiempo.
Se escuchaban las voces de los otros actores:
-¡Se va a cancelar la obra!
-Todo nuestro esfuerzo fue en vano.
-¡Y ahora que haremos!
-A menos qué…- la voz de Pablo llamó la atención del grupo-. Sea una persona que ya se sepa la obra.
-Pero, ¿Cómo Pablo?- inquirió Don Alfredo -. Hicimos muchos cambios de la obra original, cambiamos las canciones.
-¡Yo puedo hacerlo!- se ofreció Wendy -. Conozco la obra a la perfección.
-Queremos verte actuar, allí decidiremos si tienes lo que hace falta para ser nuestra protagonista- dijo Don Alfredo.
Me sentí reprimida por un segundo y odiando su valentía pues me hubiese encantado tenerla yo para ofrecerme también, pero en cambio me quedé callada como muchas veces en la vida.
-Sin embargo, no eres a la única que quiero ver actuar Wendy- comentó, atrayendo nuevamente la atención de los espectadores -. Melissa, también te quiero ver en acción.
-¿Qué? ¿Yo? No, no, no- mis negativas aumentaron la sonrisa de Wendy, al igual que su confianza.
-No se preocupe Don Alfredo, después de verme a mí no le va a interesar ver a nadie más- comentó la chica, el calor del momento me hizo actuar osadamente y me le plantee al frente.
-Está bien, lo haré.
-¡Excelente!- dijo Don Alfredo, aplaudiendo-. Vayan a cambiarse y ¡A escena!
En el vestidor, observé el vestido largo de princesa y sonreí pensando en las vueltas que daba la vida, hace unos meses jamás me imaginaria que iba a terminar en un teatro intentando ser la protagonista de la obra. Mágicamente el traje me quedaba perfecto, no había que cortar ni quitarle nada, más bien parecía que había estado diseñado para mí. Amarré mi cabello en dos trenzas y las volví una cebolla alta. Me coloque los tacones y practique mentalmente el libreto. Impresionantemente recordaba cada dialogo, como si lo hubiese ensayado desde el principio y la canción del final, que era mi favorita también la recordaba bastante bien. Al salir directo al escenario, una mano sujetó mi brazo y me gire para quedar de frente a Pablo.
-Mucha suerte, preciosa- dijo, dejando un casto beso en mi frente-. No fue muy difícil de convencer a Don Alfredo para darte esta oportunidad.
Pablo se fue dejándome con la boca abierta, ¿Había sido él quien dio la idea? ¿Cómo sabía que mi sueño era actuar? ¿Se lo había dicho alguna vez?
Flashback
-Me alegra que estés aquí- le dije, sentándome en el sillón-. Llegaste como un ángel guardián, antes de que cometiera una locura.
-Siempre quiero estar aquí para ti, Melu- confesó Pablo.
-Basta de hablar de cosas triste- le corté, mi lengua se sentía igual de pesada que mis ojos y en cualquier segundo me quedaría dormida, él se dio cuenta de eso y recostó mi cabeza en sus piernas- ¿Cuál es tu mayor sueño?
La ebriedad hacia que la parte sincera de mi ser saliera a la luz, pero me sentía en paz con su compañía.
-Mi mayor sueño es ser director de cine- respondió con orgullo -¿Y el tuyo?
-Actuar.
Fin del flashback
Si había sido él, todo este tiempo había sido Pablo protegiéndome desde las sombras.
Una vez en el escenario, observo actuar a Wendy y me doy cuenta de lo bien que lo hace, me permite dudar un poco de mis capacidades, pero al pasar a las canciones, desafina como ella sola, haciendo reír a muchos allí, y aunque eso me hubiese puesto feliz otro día, me siento un poco mal por ella. Don Alfredo termina poniendo en pausa la canción y ella sale huyendo lejos de todos.
-Melissa, tu turno- dijo Don Alfredo.
Mi corazón se detiene cuando las luces se posan sobre mí, aun así, me obligo a respirar y como una profesional, digo mis diálogos, comparto escena con dos personas más y finalmente viene la parte donde debo impresionar, la canción. Me rio mentalmente por las veces que la cante en la ducha y ahora estaba allí, de pie en el escenario cantándola a todo pulmón, al finalizar me quedo en silencio, al igual que todo el teatro y cuando creí que había metido la pata, estalla todo el lugar en aplausos y ovaciones.
-¡Increíble Melissa!- comentó Don Alfredo -. Se te da muy natural, parece que toda tu vida te hayas dedicado a esto.
-¡Tenemos que celebrarlo!- chillaron los otros compañeros.
-¡Claro que sí!- gritó Don Alfredo-. ¡La obra tiene nueva protagonista!
Me habían dado el papel, después de creer que mi sueño era imposible, lo había conseguido y había tenido bastante ayuda. Intenté encontrar a Pablo, pero no pude, se había esfumado y era con él con quien quería compartir esta gran victoria.
-Si buscas a Pablo, déjame decirte que no lo encontrarás- intervino una de las chicas del reparto.
-¿Por qué? ¿Le sucedió algo? –pregunté realmente preocupada.
-Salió corriendo detrás de Wendy, la llevo a su casa y no creo que regrese.
Auch, ¿Por qué me dolía esto? ¿En qué te estas convirtiendo para mí, Pablo?