Capítulo 18
El dilema de los sueños
Narrador Omnisciente:
Un mes más tarde, el telón se levantó y la luz del escenario iluminó la figura elegante de Melissa, quien interpretaba el papel principal en la obra de teatro. Su actuación era brillante, cautivando a la audiencia con cada movimiento y cada palabra pronunciada. Pero había alguien en la multitud que la estaba viendo con ojos diferentes.
En una de las butacas de primera fila, un cazatalentos de renombre, llamado Alex, observaba detenidamente a Melissa. Había viajado desde Nueva York con un único objetivo: encontrar nuevos talentos para su agencia. Y en ese momento, había encontrado una joya.
Después de la presentación, Melu salió del escenario con el corazón palpitando de emoción. A pesar de su gran actuación, había algo más que la estaba perturbando: su relación con Pablo, pues Martin estaba cada vez más cerca de descubrirlos. Pablo era un hombre encantador, quien la amaba profundamente y la apoyaba en cada paso que daba en su carrera actoral. Pero ahora, se encontraba frente a un dilema difícil de resolver.
Alex se acercó a ella en el camerino, con una sonrisa brillante en su rostro y a su lado se hallaba Don Alfredo.
-¡Eres increíble! ¡Tienes un talento verdaderamente único!- halagó el hombre misterioso. La chica se sonrojó por el cumplido, pero su mente estaba llena de preguntas y dudas.
-Gracias- respondió ella cortésmente.
-Melissa, te presento a Alex- dijo sus nombres, sus manos se unieron-. Es un cazatalentos de Nueva York y quiere hablar contigo.
-Así es, tengo una propuesta interesante para ti- añadió, sus ojos brillaron de emoción.
Quedaron al otro día de tomar un café y aunque ella estaba nerviosa, puntualmente se presentó en su cita. Él comenzó con preguntas de rutina que se encargó de responder lo más sincera que podía, hasta que llego a un tema que hubiese querido evitar.
-¿Tienes pareja?
Se quedó en silencio por un momento, contemplando las palabras y debatiéndose entre decir la verdad o no
-Sí, actualmente estoy en una relación.
-¿Y el ira contigo?
-No estoy segura.
-En caso de no ir, ¿irías tu sola? ¿te comprometerías conmigo?
Dudo un segundo, Alex comprendía perfectamente sus sentimientos, ya que había visto a muchos artistas enfrentarse al mismo conflicto. Pero también sabía que oportunidades como Melissa en el escenario eran raras de encontrar.
-Melissa, entiendo tus dudas y miedos. Pero permíteme compartirte algo importante- dijo Alex con seriedad-. La vida nos presenta ocasiones únicas, y muchas veces debemos tomar decisiones difíciles. No te pido que te decidas en este momento, solo te ofrezco una oportunidad para que reflexiones sobre tus sueños y las posibilidades que se abren frente a ti.
Melissa se encontraba envuelta en un torbellino emocional, sin saber qué camino tomar. La pasión por la actuación ardía en su interior, pero el amor que sentía por Pablo también la llenaba de felicidad. Era una encrucijada que nunca había imaginado enfrentar.
-Alex, te agradezco por tu comprensión y por esta oportunidad- respondió Melissa, con los ojos llenos de lágrimas-. Necesito tiempo para pensar, para hablar con Pablo y para encontrar lo mejor para mí y para mi futuro.
Alex asintió comprensivamente y se despidió de ella. No quería presionarla, pero sabía que había dejado una semilla de duda en su mente. Ambos sabían que cualquier decisión que Melissa tomara sería difícil, pero también que podría cambiar su vida para siempre.
Melu regresó a su departamento con el corazón lleno de preguntas y una decisión pendiente. Miró el mensaje que le mandó Pablo, y una mezcla de amor y angustia la invadió. Enfrentada a un dilema inesperado, Melissa sabía que tenía que encontrar sus respuestas, enfrentarse a sus miedos y, finalmente, elegir qué camino seguir. Su amor por Pablo era tangible, pero sus sueños también lo eran. Ahora, dependería de ella encontrar el equilibrio perfecto entre el amor y su pasión por la actuación; entre quedarse o seguir sus sueños en la gran manzana.
Narra Melu:
Desperté esa mañana con mamá al teléfono, invitándome a otra famosa cena familiar y estaba por negarme, ya que nada bueno salía de esas fiestas, pero me persuadió, como siempre lo hace.
-Me lo debes, después de tu engaño- reclamó.
-¿Cuál engaño, madre?
-El del teatro- bufo.
-¿De verdad usaras eso?- dije, incrédula.
-Usaré todo lo que pueda.
-Iré, pero llevaré a alguien.
-¿También nos has ocultado un novio? ¿Es otro desadaptado social? Ninguno sería tan bueno como Martin.
-Madre, lo tomas o lo dejas.
-Los espero el viernes en la noche.
Esa misma noche, Don Alfredo me pregunto sobre mi reunión con Alex. Le conté todo, hasta de no estar segura si aceptar la oportunidad o quedarme junto a Pablo, porque mi corazón estaba dividido por esa decisión.
-Hija, es una gran oportunidad- comentó Don Alfredo-. Y también es un buen muchacho.
-Lo sé, y eso hace más difícil mi decisión.
-Lo que decidas, te apoyaremos.
Con Pablo guardé silencio sobre lo de Alex, pero si le dije acerca de la conversación con mi madre y accedió a acompañarme, con tal de no dejarme sola con esa mujer. Así que eso significaba que necesitaba ir de shopping, le escribí a mi mejor amiga para ir al siguiente día con ella, quería un vestido nuevo que deslumbrara a todos.
A la mañana siguiente, me desperté con una gran sonrisa en el rostro. Quería demostrarle a mama que se equivoca con respeto a mí y a Pablo, aunque ella no supiera que se trataba de él. Me levanté de la cama y me preparo para el día. Me duché, y me coloque ropa cómoda, porque sabía que tendría mucho por medirme y me dirijo directamente a la casa de mi mejor amiga.
Llegamos al centro comercial antes de mediodía y comenzamos a buscar en las tiendas. Después de unos minutos sin éxito, comencé comenzó a desanimarme. Ninguno de los vestidos llamaba nuestra atención. Seguimos buscando durante horas, y la frustración comenzó a apoderarse de mi cuerpo. Finalmente, entramos a mi última esperanza, la última tienda. Allí había más de lo mismo, sin embargo, la chica que nos atendió, nos pidió que esperáramos ya que había mercancía que estaba llegando. Quince minutos más tarde, ella volvió con un hermoso vestido turquesa en las manos. Nos enamoramos a primera vista. No estaba segura de sí me quedaría bien, así que corrí al probador para probarme el vestido. Cuando miré al espejo, me di cuenta de que era el vestido perfecto para la ocasión. Lud, estuvo completamente de acuerdo y también insistió en que me veía hermosa.
-Ese es el correcto- dijo ella, satisfecha.
-Lo es amiga, hermoso.
-Cuando Pablo lo vea, se muere.
-¡Me lo llevo!- le chillé a la chica.
Fuimos a pagar y sentía que la felicidad se apoderaba de mí, después de varias horas. Para finalizar nuestra salida, fuimos juntas a almorzar. Le deje un mensaje a Pablo para decirle que ya teníamos lo que necesitábamos y que nos veríamos esa noche en el teatro.
Al llegar a mi departamento, dejamos las bolsas, ya que Lud también había comprado cosas para ella y le ofrecí tomarnos un café. Tenía algunas cosas en la cabeza que no me dejaban en paz, así que decidí sincerarme con mi amiga y contarle de Alex.
-Amiga, es Nueva York- dijo ella, como si no lo supiera-. Entiendo que estés enamorada, pero ¿Y si eso no es para siempre? ¿Vas a perder esa oportunidad?
-Tengo miedo, Lud. De que lo de Pablo se acabe, pero no sé si sea lo correcto aceptar de buenas a primeras la oportunidad de Alex.
-No será de buenas a primeras, para eso me tienes a mí- sonrió-. Seré tu representante, quiero leer un contrato previo de la empresa.
-¿Harías eso por mí?
-Linda, hasta me iría contigo.
-¿Si?
-¡Pues claro niña! ¡Juntas en Nueva York!
-Gracias, Lud, por todo.